Esther Kopolowitz y Fernando Falcó, la boda que cerró las heridas de una doble infidelidad

A mediados del mes de junio de 2003, llegó a los medios una foto y una nota de prensa que sorprendió por igual a las revistas de sociedad y a las de economía. "No se van a desvelar detalles sobre este matrimonio, ya que la ceremonia se celebró en la más absoluta intimidad", decía el texto enviado por la agencia de publicidad Comunicación Bassat Ogilvy. La nota era escueta y la foto única, pero suficiente: Esther Koplowitz, una de las mujeres más ricas del mundo en ese momento y principal accionista de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) aparecía vestida de novia a sus 50 años mirando encandilada a Fernando Falcó, márques de Cubas, de 64.

Aparte del pedigrí y las cuentas bancarias, la toma no tendría más trascendencia que la de ver a dos personas maduras del mismo estrato social dándose otra oportunidad en el amor. Pero ambos habían sido protagonistas de una doble infidelidad que cruzó sus vidas por primera vez y que puso patas arriba el mundo de la finanzas y el corazón 13 años antes.

En aquel 1989, Esther estaba casada con Alberto Alcocer, de quien se separó tras conocerse que tenía una relación con Margarita Hernández, secretaria de Javier de la Rosa. Por otro lado, su hermana Alicia Koplowitz vivía una situación parecida después de que la revista Diez Minutos pillara a su marido, Alberto Cortina, saliendo de un hotel de Viena con Marta Chávarri, casada entonces con Falcó. Para rizar el rizo, además de ser las engañadas hermanas, los maridos infieles eran primos y gestores de los negocios de las Koplowitz, lo que convertía el caso en un culebrón que sacó a las ricas herederas de su apacible vida de amas de casa.

Porque esa doble separación mezcló la prensa rosa con la de las páginas salmón por primera vez en España y puso en lo más alto del candelero a la beautiful people, que había firmado su certificado de nacimiento en 1988 con la boda del entonces ministro de Economía, Miguel Boyer, con Isabel Preysler. La beautiful people era esto: un grupo formado por banqueros y economistas emparejados con señoras hermosas y bien posicionadas aunque como dijo Carmen Posadas en el programa Ochéntame otra vez, "las beautiful eran ellas porque los señores eran más bien normalitos", declaró la viuda de Mariano Rubio, ex gobernador del Banco de España,. Eran los años en los que "Los Albertos", desposeídos del mando del imperio Koplowitz, iniciaron sus negocios en la banca. Los años de Mario Conde, del juancarlismo y de una España metida de lleno en la Transición.

Si la infidelidad de Alcocer se desarrolló de forma casi privada, la de Chávarri y Cortina no. Por eso hay quien piensa que esta fue el detonante, por el escándalo que salpicó, para que ambas parejas se rompieran oficialmente. Las Koplowitz acabaron así separándose de sus maridos, despidiéndolos de las empresas familiares y tomando ellas las riendas de los mismos. Y de ese modo, nunca más volvieron al casi anonimato del que habían gozado hasta entonces.

Poco a poco, sin embargo, fueron recuperando cierta tranquilidad. Hasta que en 2003, se conoció la boda entre la mayor de las Koplowitz con el exmarido de la mujer con la que Cortina había engañado a su hermana Alicia y el cruce de parejas, ya totalmente novelesco, volvió a poner juntas y revueltas las páginas rosas y las financieras. No se facilitó ni el lugar ni la fecha del enlace entre Falcó y Koplowitz, aunque tiempo después se supo que había tenido lugar en la finca que la familia de la novia posee en Ciudad Real, La Gata, donde además ha estado siempre empadronada Esther. Tampoco quiénes fueron los asistentes, aunque sí que fue una ceremonia íntima y que acudieron los hijos de ambos: Esther, Carmen y Alicia Alcocer, así como Álvaro Falcó Chávarri, también víctimas de aquella separación que marcó un antes y un después en historia mediática y financiera del país.

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