Lalo Ebratt: «En Colombia nace una estrella de la música cada día»

El antepenúltimo fenómeno de la música colombiana Lalo Ebratt ha llegado esta semana a Madrid para participar en el festival Coca-Cola Music Experience, que este año se traslada al Recinto Valdebebas y contará por primera vez con un formato de dos días de duración. El gran reclamo son los ex One Direction Liam Payne y Louis Tomlinson, pero también actuarán Lola Índigo, Natalia Lacunza, Morat, Maikel Delacalle, Anne Marie, Clean Bandit, Austin Mahone, Sofía Reyes, Ana Mena, Alfred García, Don Patricio, Alba Reche, Agoney, Miki, Carlos Right, Famous, Roi Méndez, Lérica, Atacados, Cupido, Locoplaya… y otra docena más de artistas que representan todo lo que está de moda entre la chavalada.

Ebratt (Santa Marta, 1993), famoso por el hit-single «Mocca» (que tuvo un remix con J Balvin) y por ser fundador del grupoTrapical Minds, es sin duda uno de ellos. «Es un cartel de artistas de talla grande», dice el joven reguetonero. «Soy fan de algunos de ellos, y compartir escenario va a ser como soñar despierto».

El primer recuerdo musical de Lalo es «haciendo el “moonwalk” frente a la televisión, viendo a Michael Jackson. Hay muchas otras referencias de la cultura pop anglosajona que se han quedado en mi estilo, como la de Madonna». Siendo ya adolescente, comenzó a hacer su propia música en su ciudad natal, «la tierra de Carlos Vives», participando en batallas de gallos callejeras. «En el hip-hop underground, en definitiva», relata. «El priviliegio de nacer en un lugar donde se escuchaba el vallenato, la salsa y la cumbia a todas horas, terminó de moldear quien soy. Me estaba preparando para lanzar una carrera muy diferente y personal, y ni siquiera me estaba dando cuenta. Luego empecé a centrarme también en la moda, la estética, para tener una personalidad distinta, que diera un toque de color a la escena urbana colombiana, que no sea de Medellín ni de Bogotá, sino un toque de la costa tropical».

En Santa Marta pudo dar sus primeros pasos, pero tuvo que marcharse enseguida a Bogotá «para que alguien se enterase de lo que estaba pasando conmigo», recuerda. «La excusa no era grabar con mejores medios, porque se puede hacer música hasta con las manos, pero sí hizo falta para crecer en proyección». En la capital colombiana conoció a Yera, otra figura emergente del movimiento urbano («que casualmente también era de Santa Marta, aunque no nos conocimos allí», apunta Lalo), y comenzaron a grabar juntos en su estudio casero.

En abril de 2018 le llegó el éxito mundial con «Mocca», y desde entonces es uno de los nombres imprescindibles en cualquier repaso de las ultimísimas promesas del «urbano latino», una escena que tiene en su país una de sus factorías más productivas. «¿Que cuántas nuevas estrellas le queda a Colombia por parir? Muchísimas, va a ser una fuente inagotable durante mucho tiempo. Ahora, en Colombia nace una estrella cada día».

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