Este invierno el punto se ha revelado como la estrella indiscutible de la temporada. Y es que las prendas tejidas con lana gruesa han triunfado en conjuntos de total look a los que las influencers se han lanzado sin mirar atrás y que no han dejado de inspirarnos. Las opciones para sumarse a la tendencia han sido muchas y variadas, desde el chaleco hasta los vestidos midi, con los que hacer además la transición a la primavera y que además sientan genial en cualquier talla.
Si aún estás pensándotelo, no te preocupes porque el recorrido que tiene el punto va para largo. Lo hemos podido confirmar gracias al último desfile de Gabriela Hearst, recién celebrado en Nueva York y que se ha consagrado a piezas con factura artesanal en lanas con las que además apuesta por el upcycling y la sostenibilidad, algo de lo que la diseñadora se ha convertido en una abanderada.
A punto de presentar además su primera colección para Chloé en París, firma por la que fichó en finales de 2020, Hearst se ha inspirado en la artesanía tradicional de su país de origen, Uruguay, para una colección declinada en tejidos cálidos y tonos neutros.
El trabajo de Hearst es un acto de equilibrio entre sus instintos más terrenales y los mundanos: por cada suéter tejido a mano también hay un traje pantalón bien hecho. Y es que aunque pueda parecer que su repertorio se construye a base de básicos, nada es tan simple como parece, detrás de cada prenda hay una profunda consistencia.
Esta temporada, los polos opuestos se unen de forma sinérgica. Los detalles anudados en los hombros suavizan las líneas de una gabardina y el dobladillo de otro abrigo se termina con una banda profunda de encaje de macramé. En otros lugares, las camisas de leñador de cachemira recicladas se combinaron con faldas fluidas a juego.
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