Aún faltaban casi dos décadas para que la infanta Elena de Borbón apareciese en la boda de la princesa Victoria de Suecia con la inolvidable chaqueta torera en tonos rosas y plata a conjunto del vestido fucsia obra de Lorenzo Caprile. Este modelo conocido como la torerita más famosa de la historia de la moda tuvo un predecesor en los años noventa que acaparó todas las miradas.
Era noviembre de 1991. El estreno de la película For The Boys estaba a punto de comenzar en Beverly Hills cuando llegó a la alfombra roja Sarah Jessica Parker. Aún no se había convertido en el icono de moda que sería en Sexo en Nueva York , estrenada siete años más tarde de aquel día, pero sus interpretaciones en películas como Footlose y Girls Just Want to Have Fun ya la habían postulado como una de las personalidades más estilosas.
La entonces veinteañera actriz llegó con su envidiada melena dorada ondulada al photocall y en un abrir y cerrar de ojos entró en la historia de la moda gracias a su atrevida elección estilística.
El protagonista del look es una impactante torerita creada a partir de cientos de apliques joya y cristales de varios colores que recreaban rostros de la antigua Roma. Una prenda rompedora y original firmada por el diseñador turco Rifat Ozbek. Esta chaqueta con el españolizado corte torero era poco habitual entre las invitadas de renombre a los eventos cinematográficos estadounidenses de tal calibre, pero Parker la lució de forma magistral convirtiéndola en el hito estilístico que hoy recordamos con cierta nostalgia.
La memorable prenda fue el eje central de su éxito aquella noche de 1991, pero las demás piezas también tuvieron su parte de relevancia. La combinó con unos llamativos pantalones rojos de terciopelo del diseñador francés Christian Lacroix, sujetador dorado metalizado en forma de crop–top del que aún se desconoce la procedencia y salones de satén con broche joya.
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