Hace tiempo que Demi Lovato optó por ofrecer la versión más sincera de sí misma. Ya no publica fotos en Instagram sin retocar –antes era «incapaz de mostrar su cuerpo al natural»– y no tiene reparo en hablar abiertamente de los problemas que ha tenido en el pasado, como su obsesión con el ejercicio o su adicción a las drogas, que es precisamente sobre lo que ha querido sincerarse en su nuevo documental, Demi Lovato: Dancing With the Devil, que saldrá a la luz el próximo 23 de marzo en YouTube.
Pocos más de dos minutos del tráiler ha servido ya para captar la atención de sus seguidores: «He tenido mucho que decir en los últimos dos años y quiero dejar las cosas claras sobre lo que pasó», dice la artista, refiriéndose a la sobredosis que sufrió en el 2018, después de su recaída.
En el documental han participado su familia y amigos más cercanos, que han hablado de la vida que ha llevado Demi durante los últimos años, lidiando con adicciones y tratando de estabilizar su salud mental. Con una impactante foto de la cantante en el hospital, en la que se ve una vía intravenosa en su mano, la escuchamos decir: «Tuve tres derrames cerebrales. Tuve un ataque al corazón. Mis médicos dijeron que me quedaban de cinco a diez minutos más de vida».
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Después de aquella sobredosis sus amigos se preguntaron incluso si estaba viva cuando los servicios médicos llegaron a por ella. En aquel entonces tenía 25 años y tuvo que ser trasladada de su casa al hospital de Los Ángeles por los bomberos y la policía. La encontraron inconsciente, según apunta la revista People, y tuvo que ser reanimada con Narcan, un medicamento utilizado para tratar las sobredosis de narcóticos en situaciones de emergencia.
Tras estabilizarla tuvo que estar ingresada dos semanas y después entró en un centro de rehabilitación para tratar su adicción y sus desórdenes alimenticios.
Además del tráiler del documental, Demi Lovato también dio una entrevista junto a Michael D. Ratner, el director, en la que contó más detalles sobre aquel duro momento. «La sobredosis me dejó daños cerebrales y a día de hoy aún tengo que lidiar con los efectos de eso. No puedo conducir porque tengo puntos ciegos en mi visión», contó a los periodistas. «Durante mucho tiempo también me costó leer. Mi visión era muy borrosa, no pude leer un libro hasta dos meses después.»
«Fue un viaje doloroso, y cuando miro hacia atrás a veces me pongo triste al pensar en el dolor que tuve que soportar para superar lo que tengo, pero no me arrepiento de nada», admitió a People, hablando de todo lo que ha aprendido durante los últimos dos años. «Estoy muy orgullosa de que la gente pueda verlo en este documental».
Vía: Women’s Health ES
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