"Las preguntas se tienen que traer preparadas de casa", le dijo el juez Marchena a Andreu van den Eynde en mayo cuando interrogaba a uno de los agredidos por la policía durante el reférendum del 1 de octubre de 2017. En ese momento, el abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva calló ante las palabras el magristrado, pero esa actitud fue una excepción en un proceso judicial en el que ambos han tenido más de un enfrentamiento. Ahora que se ha filtrado una sentencia por sedición y malversación –quedaría descartada la rebelión– del juicio más importante de los últmos años en España, nos fijamos en la figura de Andreu van den Eynde, a quien el magistrado ha tenido que llamar al orden y corregir en más de una ocasión.
Con 17 años de experiencia en derecho penal a sus espaldas, el letrado ha sido guitarrista en la banda de punk rock President Blutarsky y aún se le puede ver cargar con el instrumento de vez en cuando pues toca en otra formación de Barcelona, Vientos de poder. Su perfil público nada tiene que ver con la discreción que practican otros letrados, aunque recientemente ha reconocido que después de este proceso su deseo es dedicarse a casos anónimos y retirarse del foco mediático. Esa idea choca con su afición a las redes sociales, pues ha llegado a reconocer que tiene cuentas ‘fake’ con las que interviene en conversaciones en las que no puede poner en riesgo su imagen como abogado.
Más discreto es con su vida privada, de la que solo se sabe que está casado y tiene hijos, pues el carácter discutidor o polemista también lo ha puesto en juego en la sala del Supremo donde se ha decidido el futuro de los doce políticos catalanes presos que en las próximas horas conoceran a qué penas se enfrentan. "Hacer un fuego cruzado sobre lo que puede preguntar el fiscal, no tiene ningún sentido" Con frases como esa Marchena ha tenido que frenar a todos los abogados, pero especialmente a Van den Eynde, que en alguna ocasión ha declarado que le gusta "improvisar" en los interrogatorios.
"No va a tener ningún deficit defensivo, si tiene una pregunta especialmente rica e interesante para el señor Torrent, hágala", le dijo en otra ocasión Marchena con educación pero tambén retintín, un tono que ha empleado más de una vez el responsable de un juicio para el que el abogado, nacido en París, confesó haberse preparado con "coaching, running, cubos de Rubik y viendo series como Juego de Tronos".
Una familia muy política
El abogado insiste en que en este proceso no es más que un jurista haciendo su trabajo, que no tiene interés político –se considera marxista y de izquierdas, internacionalista y por tanto, no independentista– aunque el 1 de octubre de2017 estuvo trabajando como retén legal en un colegio electoral y asegura que fue una de las personas que golpeó la policia en el dispositivo organizado para controlar el referéndum ilegal.
En su familia siempre ha habido inquietud política: es hijo de Montserrat Adroer, arquitecta de la Generalitat hoy jubilada y de Arturo van den Eynde, fallecido fundador del Partido Obrero Revolucionario de España (PORE), formación de corte trotskista, aunque el hijo tiene el despacho en la calle más cara de Barcelona: Paseo de Gracia.
Andreu van den Eynde no se define como independentista aunque los afines a esta causa le tienen en alta estima. La misma inquina que le muestran los contrarios a los deseos separatistas de una parte de la población catalana. Que el abogado lo tenga claro no ha impedido al juez llamarlo al orden cuando ha considerado que sus intervenciones no estaban precisamente relacionadas con cuestiones legales: "Estamos en el ambito jurídico no político, que a veces se nos olvida donde estamos. (…) Haga preguntas que estén relacionadas". Esos rifirafes no han impedido que el letrado valore la actuación del juez, de quien ha llegado a decir: "A mí me gusta mucho Marchena", aunque también ha sembrado dudas sobre la imparcialidad del tribunal que encabezaba.
En su alegato final, Andreu van den Eynde dijo: “Le tenemos que devolver la pelota a la política”, rechazando de plano el delito de rebelión. A falta de hacer una lectura oficial de una sentencia que descartaría ese delito por falta de violencia continuada y conocer la opinión de todas las partes implicadas, Van den Eynde ya explicó en su día que si no era favorable a sus clientes, no descartaba acudir al Tribunal de Estrasburgo, por lo que su deseo de adoptar un papel más discreto quizás tenga que esperar.
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