Laura Escanes ha compartido esta semana un vídeo revelador: confiesa que a veces se siente desplazada como influencer debido al giro total que ha dado su vida desde que es madre de Roma. Su reflexión es interesantísima, porque rompe absolutamente con la (misma) imagen y la (fría) comunicación a la que nos tienen acostumbrados el resto de las influencers, casi siempre instaladas en el papel único de los posados sonrientes. Además, nos permite constatar que Laura Escanes es, probablemente, la auténtica y genuina influencer o, al menos, la que se acerca a las redes sociales con más naturalidad y sinceridad. La verdad: es una maravilla comprobar cómo van evolucionando y madurando sus inquietudes y su generosidad al compartirlas. Aunque a veces pase malos ratillos, como dice en el vídeo.
«Quiero normalizar que todos podemos tener días malos y eso no significa que nuestra vida sea desastrosa o no seamos felices», explica Laura Escanes al comienzo de su vídeo. «Simplemente son días tontos o que estamos más sensibles. Todos los tenemos y creo que está bien mostrar esa dosis de realidad, porque tanto Instagram, tanto aparentar, tanto ‘postureo’ y tanta felicidad agobia un poco. Ojo, que soy la primera en compartir momentos felices y que todo sea bonito, pero existe esa presión, que nosotras mismas nos metemos, de tener que estar bien, alegres, porque para eso estamos en las redes sociales… ¿Pero por qué no mostrar estas cosas que también forman parte de mi día a día?».
La conclusión que saca Laura Escanes de estas dudas que tiene con su presencia digital no puede ser más lúcida. «Al final no tengo la vida de muchas de mis compañeras. Mi vida ha cambiado mucho a raíz de ser madre y no me arrepiento para nada. Estoy feliz con mi vida. Pero a veces pienso: ‘¿Qué pinto aquí en redes sociales?’. Si yo me levanto y estoy pensando en qué preparar para que Roma coma, a ver cómo come hoy, a ver si come, si me hace la siesta o no me la hace. Supongo que es parte de la gracia de las redes, que cada uno hace las cosas de una manera. Y que no encajes en cómo lo hace la mayoría no significa que tu vida sea mejor o peor ni te tienes que comparar porque las redes no son la vida real».
No solo tiene razón Laura Escanes al pensar que no tiene nada de malo ser distinta, sino que además su presencia digital destaca gracias precisamente a la diferencia que marca. Su naturalidad y la manera en la que se presta a reflexionar sobre cómo y porqué hace las cosas resultan iluminadoras y prueban que se puede estar en las redes sin tener que interpretar siempre el mismo personaje, congelado en el tiempo. Puede que Escanes esté en plena transición entre la influencer de moda que fue y algo que va más allá del puro divertimento comercial de vender ropa y cosméticos, quizá más cerca de una youtuber o, lo que es lo mismo, una comunicadora. En cualquier caso, será interesantísimo contemplar cómo evoluciona su vida en las redes, un lugar donde está abriendo camino para otras mujeres jóvenes que vivirán su propio proceso de maduración ante sus ‘followers’.
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