Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover tienen una historia matrimonial poco común. Carolina de Mónaco fue su amante mientras él estaba casado con Chantal Hochuli. Para cuando la primera mujer del príncipe de Hannover decidió ponerle por delante los papeles del divorcio en 1997, Carolina de Mónaco ya había acumulado dos matrimonios y tres hijos, pero un nuevo embarazo precipitó su boda civil con el cabeza de familia de la dinastía Hannover.
La boda tuvo lugar en 1999, pero Carolina de Mónaco hizo oficial que era mejor hacer vidas separadas en 2010, cuando unas fotos en una revista revelaron a Ernesto de Hannover con otra mujer en una playa tailandesa… aunque los rumores de crisis y las infidelidades habían empezado mucho antes. Ahora bien, ¿si ya llevan más de una década separados, por qué no se divorcian?
El motivo por el que Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover no firman el divorcio
El pedigrí nobiliario del Ernesto de Hannover es muy superior al que pueda lucir cualquier Grimaldi (que no sea su propia hija Alejandra). La dinastía Hannover gobernó Gran Bretaña durante siglos y de hecho Ernesto de Hannover conserva el título de príncipe de Inglaterra e Irlanda entre otros.
Con su boda con él, Carolina de Mónaco ascendió de un tibio alteza serenísima a ser Alteza Real, y en el mundo de la nobleza y la aristocracia estos detalles importan. De hecho, gracias a este “cargo” conseguido con su matrimonio civil Carolina de Mónaco ostenta de las monarquías europeas un puesto superior al de su propio hermano Alberto de Mónaco.
Pero el alteza real de Carolina de Mónaco se debe a que es la consorte del príncipe y si se divorcia de él, como le sucedió a Chantal Hochuli, lo que fácil vino fácil se irá. Este podría ser un buen motivo para no pedir los papeles del divorcio y continuar con una unión legal. Pero existen más motivos que implican a los descendientes de la dinastía familiar.
El problema de la herencia de los Hannover complicael divorcio
Los afines a las tramas monegascas aseguran que tanto Carolina como Chantal Hochuli tienen un pacto no escrito de no agresión en lo que a los hijos se refiere. Chantal tuvo dos hijos con Ernesto de Hannover, los dos varones, que serían los herederos naturales del título y la herencia paterna cuando el príncipe desaparezca. Carolina por su parte dio a luz a Alexandra, que también es una Hannover.
El problema es que para que los hijos de Chantal Hochuli hereden lo que les corresponde las reglas del juego implican que su padre debe dar el visto bueno a sus matrimonios. No ha sido así en el caso del primogénito (de hecho Ernesto ni fue a su boda) y tampoco parece haber estado conforme en el caso del segundo, por lo que la cuestión de quién será su heredero está en el aire y los tribunales.
Además, Ernesto de Hannover lleva años saliendo con la condesa María Madalena Bensaude, si Carolina de Mónaco se divorciara de Ernesto de Hannover, él se casara con su pareja actual y tuvieran un hijo juntos, Ernesto de Hannover podría decidir darle la herencia Hannover a ese nuevo hijo en detrimento del derecho de los otros dos varones que no han hecho lo que él quería con sus bodas.
Una trama digna de Juego de tronos que obliga a Carolina a tomar partido por los hijos de su ex-amiga Chantal Hochuli si quiere que los hermanastros de su hija Alexandra le sigan dirigiendo a esta la palabra. Con tanto drama no es extraño que nadie tenga tiempo de pedir los papeles del divorcio.
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