Al llamar Lilibet a su hija, el príncipe Harry y Meghan Markle quisieron hacer un homenaje a la reina Isabel II, llamada por sus familiares de esa manera desde que era tan pequeña que no podía pronunciar su nombre correctamente. Menos de una semana después del nacimiento de la pequeña, sin embargo, el gesto de los duques de Sussex ha provocado una nueva disputa entre el matrimonio y la casa real británica.
Así, mientras que después de conocerse el nacimiento de Lilibet ‘Lili’ Diana fuentes del entorno del príncipe Harry y Meghan aseguraron a distintos medios que la monarca les había dado su permiso para llamarla de esa manera, ahora una fuente del palacio de Buckingham ha asegurado a la cadena BBC que a la reina Isabel II jamás se le consultó tal cosa. “Una fuente cercana a Harry y Meghan dijo a BBC que Harry había hablado con la reina antes del nacimiento de su hija y que le había mencionado el nombre, pero una fuente de palacio ha negado que ese fuera el caso y que a la reina nunca se le pidió permiso sobre su uso”, publica este miércoles la BBC.
La filtración a esta cadena con la que Buckingham ha querido aclarar que la reina Isabel II no dio su visto bueno para que su nueva bisnieta llevara por nombre su apelativo cariñoso se produce después de meses de informaciones cruzadas entre palacio y el entorno de los duques de Sussex. La elección del nombre de la pequeña, llamada Diana además de Lilibet, fue mayoritariamente interpretado como una señal de que precisamente esa tensión entre los duques de Sussex y la familia real británica había empezado a aliviarse, pero el desmentido del que se hace eco la BBC ha reavivado esas diferencias. “La información de palacio socava bastante la idea de que eso [el nombre de la hija de los duques de Sussex] fue una manera de tender una rama de olivo a la reina”, analiza por ejemplo hoy en su cuenta de Twitter el corresponsal de realeza para The Daily Express, Richard Palmer. “Hay quien podría pensar que esta información refuerza el argumento que que todo esto no fue más que la cínica artimaña de una pareja deseosa de cimentar su marca real, que es la única cosa que les hace rentables”.
Omid Scobie, un periodista muy cercano a los Sussex y coautor de su biografía oficiosa del matrimonio, insiste por el contrario en que el príncipe Harry y Meghan Markle contaron con el visto bueno de la monarca para llamar Lilibet a su hija.“Una fuente de los duques de Sussex dice que la reina fue el primer familiar al que Harry llamó tras el nacimiento de Lilibet, y que durante esa conversación le habló de sus deseos de llamar a su hija en su honor. Si la reina no les hubiera apoyado, no habrían usado ese nombre”, concluye en su cuenta de Twitter.
De las cinco restantes bisnieta de Isabel II, ya había tres (la princesa Charlotte y dos nietas de la princesa Ana) que incluían en su nombre completo el de Elizabeth en honor a la monarca antes del nacimiento de la hija de los duques de Sussex. La diferencia es que ésta ha recibido de nombre de pila el apodo de la reina, lo que algunos comentaristas consideran poco oportuno por ser la manera en que se la conoce en la intimidad. Así lo considera por ejemplo Angela Levin, biógrafa del príncipe Harry, quien al conocer la información de la BBC coincidía con Richard Palmer y otros periodistas críticos con los duques de Sussex en que el interés de estos era comercial. “La reina les dijo que no pueden usar sus títulos para ganar dinero, pero no tiene control sobre su apodo. Lo ordeñarán”, lamentaba esta mañana Angela Levin por medio de un mensaje compartido en su cuenta de Twitter.
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