Rosalía, Rihanna, Kylie Jenner… estas son solo algunas de las que han representado la tendencia en uñas del último tiempo. Hablamos de aquellas extra largas y recargadas de nail art e incluso con pedrería. Pero ahora parece que ha habido una desviación en el camino que estaban siguiendo. El cambio ha sido totalmente radical porque ahora la tendencia pasa por lo opuesto.

En concreto, las uñas, además de al natural, como confirmaba Chiara Ferragni hace unos días, se llevan en color beige.

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En contra de como marcaban otras tendencias de uñas de colores, estas se llevan en un estilo sobrio y lo más sencillas posible, haciendo del beige o el tono caramelo el protagonista absoluto.

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Por eso, la única forma en la que se le puede dar a este tipo de manicura un toque de personalidad y más dinamismo y frescura con aquella tendencia que pasa por pintar una uña de cada color.

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Eso sí, el tamaño no importa, pueden llevarse en versión XL o también es una tendencia apta para las uñas más cortas. Y es que, además, es perfecta para lucir en cualquier momento porque va con cualquier estilismo, especialmente ahora en invierno, sumándose al tono de nuestros jerséis de punto blancos o tostados y unos vaqueros, pero también en un estilismo de oficina.

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En definitiva es una tendencia que hace que las manos se vean mucho más sofisticadas porque, además, al ser una manicura sencilla, obliga a llevar las manos perfectamente cuidadas, con uñas simétricas, sin cutículas ni pellejitos. A parte de eso, libertad absoluta. Además del largo que se desee, se pueden lucir redondas o más cuadradas, al natural o de gel para que duren más.

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