Las rutinas de belleza pueden parecer sencillas, pero esconden un gran trama de dudas que si no se resuelven pueden llegar a alterar notablemente el estado y la apariencia de nuestra piel. Los pasos a seguir en orden, los productos adecuados para rostro o, simplemente, la funcionalidad de cada uno de ellos. ¿Sabemos distinguir entre cremas de días y de noche? ¿para qué sirve un aceite facial? Y, ¿en qué se diferencia del serum? Los interrogantes son muchos y variados, pero probablemente estas dos últimas preguntas sean las más cuestionadas a la hora de establecer tu rutina.
Puede que ya incluso la hayas implementado sin conocer exactamente para qué sirven el aceite y los serums y simplemente los estés aplicando por reiteración y costumbre. Pero tranquila, porque puedes continuar combinando ambos, solamente, eso sí, debes saber para qué sirve cada uno y tener en cuenta el orden de su uso.
Los aceites son humectantes que ayudan a sellar la hidratación y la humedad sobre la piel para prevenir la sequedad propia de la falta de hidratación sobre la misma. Existen aceites de una amplia variedad de tipologías, pero a menudo suelen estar formados por ingredientes naturales y son los acompañantes perfectos para los meses de invierno, ya que alivian la piel escamosa y aportar un brillo magnífico al rostro.
Aliados de tu rutina facial
Tanto los aceites como los serums deben aplicarse antes del maquillaje y, nunca, sustituir a la crema hidratante. Porque al igual que los aceites, los serums también tienen una gran variedad de ingredientes activos que trabajan sobre la piel con sus funciones específicas. Dependiendo de su composición, su función será diferente, pero cierto es que la mayoría de serums que encontrarás en el mercado contendrán vitamina C, que es un ácido ascórbico que ilumina el tono de la piel, aclara la decoloración, estimula el colágeno y destruye radicales libres. Muchos otros cuentan también con ácido glicólico o retinol entre sus componentes para reducir la apariencia del daño solar y suavizan las líneas que aparecen con la edad.
Además, los serums son menos humectantes para pieles secas por lo que una persona con eccemas o una piel poco hidratada tendrá que apostar por los aceites o por una combinación de ambos productos. De hecho, lo más óptimo es siempre usar los dos en nuestras rutinas de belleza para darle a la piel todo lo que necesita. Aplica primero el de menor grosor en su textura -que a menudo suelen ser los aceites- y luego el de mayor densidad.
Te mostramos a continuación algunos de los aceites y serums que, si todavía no los tienes, puedes comenzar a implementar en tu cuidado facial diario.
¡Lo quiero!
¡Lo quiero!
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¡Lo quiero!
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