Es el hombre más cuestionado. El más infiel. El más desleal. Dibujan a Kiko Rivera como un don Juan trasnochado que busca afectos en otros brazos que no son los de Irene Rosales. Perseguido por un pasado ya superado, el hijo de Isabel Pantoja hace frente estos días a las habladurías de un encuentro secreto con una famosa con la que, dicen, habrían saltado más que chispas. Tiran a dar, pero solo ‘Corazón’ ha podido saber que la mujer de la que todo el mundo habla es Sofía Suescun.
Una extraña cita que tuvo lugar el miércoles 15 de mayo cuando el DJ, recién llegado de Punta Cana, habría quedado son Sofía Suescun y otros amigos para ir al cine. Una quedado que terminó con unas copas en el hotel Mirasierra Suits donde se vió al DJ y la exreina de los ‘realitys’. Ahora, Chabelita Pantoja podría estar intentando hacer caja con ello. Y también daño. No es la primera vez que la joven desliza en privado que el comportamiento de su hermano con Irene no es el más adecuado. Busca crear unas fisuras que ni existen ni van a existir: «estoy muy bien con Kiko y no hago caso a nada de lo que se dice en ese sentido», dice tajante Irene a Corazón.
Los ataques de Chabelita son eso, solo ataques. Es cierto que Sofía y Kiko tienen buena relación desde que consiguieron limar las asperezas que les separaron en ‘Gran Hermano Dúo’ (Telecinco) y que, por tanto, han podido verse, como amigos, en alguna ocasión. Encuentros en los que también ha estado Irene. Sin embargo, nada hay de cierto en esas insinuaciones que no son nuevas y que se desmontan observando desde la distancia el comportamiento del matrimonio. Kiko supo de los comentarios de su hermana en pleno mes de agosto, cuando todavía el tornado familiar era un fuerte vendaval. Desde entonces, el DJ no le ha querido dar más importancia, tal vez porque ya era consciente de que más pronto que tarde alguien picaría el anzuelo de su hermana y con él se desataría la tormenta.
Así pues, Kiko se muestra tajante ante los rumores y, con cierto dolor en su mirada, reconoce que su hermana puede estar detrás de las filtraciones malintencionadas: «Ha ido demasiado lejos. Lo que tengo claro es que no voy a permitir que se haga daño a Irene con este tipo de insinuaciones. Si hay que demandar, se demandará sin contemplaciones», dice. Su enfado es real. También el de las personas que le acompañan y que, de alguna forma, garantizan su bienestar. Son los que le guían entre esas tinieblas a las que Chabelita pretende empujarle y por las que no habrá vuelta atrás: «Para mí todo esto es el fin con ella, es demasiado daño». No llegará la sangre al río. Conociéndole es evidente que habrá una próxima estación.
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