Si por algo se caracteriza la familia real británica es por su solidaridad. Los duques de Sussex hacen públicas cada una de las acciones sociales en las que participan y comparten con todos sus seguidores en su cuenta oficial de Instagram las iniciativas que llevan a cabo para favorecer y ayudar en igualdad y oportunidades a diferentes comunidades.
Un día más tarde de su visita a Roma por la boda de su gran amiga y diseñadora Misha Nonoo y un día antes del comienzo de su viaje solidario a Sudáfrica, se hace pública otra de las acciones que más han conmovido a la sociedad, pero esta vez ellos permanecen en un segundo plano y ceden el protagonismo a su pequeño, Archie Harrison.
Con tan sólo cuatro meses ya puede presumir de seguir los pasos de sus padres y de coronarse como otro de los miembros de la familia que luchan por construir un mundo mejor. Archie Harrison ha donado, nada menos que 4.350 dólares para la construcción de una piscina en la Bahía de Guinjata de Mozambique. ¿El fin? Enseñar a niños y adultos a nadar ya que la zona registra una media de 12 ahogamientos anuales y el 90% de lo residentes no saben nadar.
Pero lo cierto es que el hijo de los duques de Sussex aún no tiene conocimiento -ni dinero- suficiente para ser el responsable de esta gran donación y por eso se explica que los verdaderos donantes sean sus padres, Meghan Markle y el príncipe Harry, que entregaron el dinero poniéndolo a nombre de su hijo.
La recaudación de fondos para la construcción de esta piscina comenzó gracias a una iniciativa que promulgó el entrenador de natación Adam Knight quién a través de JustGiving.com pidió dinero para poder formar a instructores en natación y enseñar a niños este deporte.
Su objetivo es enseñar a 200 niños a nadar y entrenar instructores en RCP y técnicas de natación para garantizar la seguridad en la zona. Lo que jamás se imaginaría sería llegar a recaudar de golpe tanta cantidad de dinero y menos aún conseguirlo gracias a los duques de Sussex.
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