La excepción parlamentaria: Cayetana y Albert, una relación que va como la seda

Entre tanto follón, véanse las parejas Isabel Díaz Ayuso – Íñigo Errejón y la de Pedro Sánchez – Pablo Iglesias, está pasando desapercibida una relación entre políticos que va como la seda: la de Cayetana Álvarez de Toledo y Albert Rivera. En la misma semana que Ayuso ha tomado posesión como presidenta de la Comunidad de Madrid con el apoyo de Ciudadanos y Vox, la nueva portavoz de los populares le ha recordado al líder naranja que sus partidos están condenados a entenderse. Y a fundirse. De forma "inmediata”.

Esa idea la refirió la periodista en una entrevista reciente en ABC, donde dijo que había votado a Ciudadanos cuando el PP estaba en pleno proceso de primarias decidiendo quién debía suceder a Mariano Rajoy. A ese expresidente llegó a referirse como twice loser, un tipo de comentario despectivo que nunca le ha dedicado a Rivera. Sí se ha metido con su partido: “Ciudadanos experimenta los trastornos de la adolescencia. Hoy quiere ser Rosalía y al día siguiente, la virgen María”, llegó a decir de la formación naranja sin nombrar a Albert, como quien se mete con la familia de su pareja queriendo obviar que su ser querido procede del mismo nido.

No es un amor pasajero, esa buena onda viene de lejos. El año pasado, por ejemplo, Álvarez de Toledo escribió un artículo en El Mundo donde reñía a quien hoy es su jefe, Pablo Casado, por no ver las bondades del catalán. “De desliz estival, nada. El rechazo a la acción de Rivera responde a una posición política de fondo. De fondo y equivocada”. Casado aún no ha dicho nada de esa idea, que aún no sabemos si se cree o solo usa a modo de globo sonda convencido por su nueva portavoz para ver si, por una casualidad, suena la flauta y se saca de encima a un rival molesto.

No sabemos qué dice Albert de Cayetana, aunque pudiera ser que se cumpliera la máxima que tan bien canta Martirio: "Yo sé bien que entre dos que se quieren, el cariño distinto ha de ser: mientras uno va y te da su vida, el otro solo se deja querar”. Es lo que parece estar haciendo Rivera, que de momento ni acepta el enlace, ni da a conocer sus intenciones.

Debería tener cuidado el líder de Ciudadanos. En aquel artículo de septiembre, Álvarez de Toledo afirmaba que “el nuevo líder del PP no ha dado aún con la tecla contra Rivera. Quizá porque esa tecla no existe", decía la entonces solamente periodista y proponía que ambos partidos fueran socios. Pero, ¿y si la tecla fuera ella? No tardaremos mucho en descubrirlo: probablemente, en cuanto se haga público el "no" de Albert.

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