La tragedia vuelve a cebarse con la reina Isabel II. Todavía superando la reciente muerte de su marido, Felipe de Edimburgo, la monarca ha tenido que decir adiós para siempre a otro ser querido: Fergus, uno de los dos cachorros de perro que precisamente adoptó para que le hicieran compañía mientras el duque se encontraba ingresado en un hospital.
Aunque Buckingham no ha querido hacer ningún anuncio al respecto, han sido varios medios británicos los que han confirmando la noticia explicando que la reina se siente “devastada” por esta pérdida prematura. “Están siendo todo muy triste”, desvela una fuente cercana al entorno real.
Nombrado Fergus en honor a un tío de Isabel II que murió durante la primera Guerra Mundial llamado Fergus Bowes-Lyon; este cachorro de dorgi, mezcla de las razas corgi y teckel, solo tenía cinco semanas de edad. Algo que añade todavía más dolor a esta inexplicable pérdida para la monarca, que siempre ha vivido rodeada de varios perros.
Claro que eso era en tiempos pasados, ya que antes de que estos dos nuevos cachorros llegaran a su vida, la reina solo disfrutaba de la compañía de Candy, el único y en teoría último perro que iba a tener en su vida. Al menos así se lo había expresado a su círculo cercano, a los que llegó a decir que no quería que le regalaran más perros porque no le gustaría morir pensando que dejaba ‘huérfanos’ a animales tan jóvenes.
Una idea que desapareció de su cabeza desde el momento en el que el desaparecido Fergus y el todavía vivo Muick llegaran a Windsor para llenar los días de soledad que la monarca sufrió encerrada mientras su marido luchaba por su vida en un hospital de Londres.
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