Moneda de cambio; ‘Mi hija’

QUÉ HA PASADO

• Llevan a Öykü a un orfanato y Candan quiere adoptarla.

• Demir regresa a Estambul.

Murat finge comprensión ante las dudas de Candan y la invita a cenar. No obstante, esa noche la mujer llega al restaurante y ve al médico en compañía de sus padres. “Merece un brindis la noticia de vuestra boda”, afirman estos. La veterinaria se siente muy incómoda y alega una emergencia en la clínica para irse. Murat sale detrás de ella. “No necesito tu ayuda. Cambié de opinión, no nos casaremos”, zanja ella.

En el orfanato, Öykü se siente triste y se desahoga escribiendo en su diario: “Echo de menos a mi padre y tengo miedo de que algo malo le pase. Ojalá no hubiera elegido a Asu, pero tuve que hacerlo”. Entonces, la niña recuerda cuando Cemal la visitó antes del juicio y la amenazó con mandar a Demir a prisión.

Una inesperada declaración de amor

Al enterarse de los planes de Candan, Cemal no duda en visitarla en la clínica veterinaria y se declara: “Nunca pude imaginar que al entrar a robar a tu casa me enamoraría de ti. No te cases, por favor. De verdad quiero una vida mejor. Cambié por mi hija y por ti, pero cuando eligió a Asu me perdí y volví a robar”. La mujer se queda muy confundida y le pide que se marche.

Unos días después, Jilet y Cemal ponen en marcha su plan para secuestrar a Öykü. Cuando la niña sale del colegio, se sube al autobús que la debe llevar al orfanato sin darse cuenta de que el conductor es otro. Más tarde, llega a una cabaña donde la esperan los delincuentes. “Quiero que te entregues o no volverás a ver a tu hija. Tienes hasta medianoche”, advierte por teléfono Cemal a Demir.

Ugur promete ayudar a su amigo, pero conseguir alguna pista sobre el paradero de Öykü es complicado. Justo cuando se plantean rendirse, reciben una llamada de la niña, que ha burlado la vigilancia: “Vi un letrero que ponía aldea Tekinler”. De inmediato, van hasta allí y consiguen rescatar a la pequeña, pero cuando van a subirse a la furgoneta, aparece Cemal y los apunta con un arma: “Entregaros y nada le pasará a la niña. Tan pronto como lleguéis a la policía, la dejaré en casa de Candan”. Sin más opción, Demir y Ugur siguen sus órdenes.

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