Uno de los entretenimientos invernales preferidos por la mayor parte de la realeza europea, y por la jet-set en general, es el esquí. La situación del coronavirus ha paralizado muchos de los habituales viajes a paraísos nevados como Aspen, St.Moritz o Gstaad, por la imposibilidad de cruzar fronteras a día de hoy tan a la ligera. Lo bueno de formar parte de la familia real noruega es que esos viajes de esquí pueden hacerse dentro del propio país, sin renunciar a la calidad de la actividad. Sin embargo, en desafortunadas ocasiones estos periplos deportivos, terminan con algún accidente. El año pasado fue la princesa Estelle de Suecia quien se rompió el brazo esquiando, en esta ocasión ha sido Mette-Marit de Noruega la ‘royal’ lesionada.
La estación en la que el príncipe Haakon de Noruega y su familia disfrutó del esquí antes de las navidades era la de Uvdal, una de las mejores del este del país que además se encuentra relativamente cerca del palacio real de Oslo. Razón por la que, seguramente, todos los años repiten en la misma ubicación. La princesa Mette-Marit de Noruega puede que sea uno de los miembros de la familia que más disfruta del deporte, además de ser una gran experta. Tanto es así, que se atreve incluso a compartir sus habilidades en su cuenta oficial de Instagram. Así lo hizo hace poco más de un año, con un vídeo grabado por su hijo Marius Borg. Sin embargo, ningún deportista, por profesional que sea, está exento de lesiones. La princesa noruega tampoco es una excepción: se acaba de conocer el accidente de esquí que sufrió antes de las navidades en el que se rompió el coxis, tal y como apinta el diario noruego Se og Hor.
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El accidente sucedió, según el diario, el pasado 21 de diciembre, cuando Mette-Marit y su hija, la princesa Ingrid-Alexandra de Noruega, se disponían a bajar del telesilla para acceder a una pista de slalom. Los esquís de ambas se engancharon y la princesa perdió el equilibrio antes de caer al suelo. Tras el incidente, Mette-Marit pasó una noche en el hospital, para después volver a casa y celebrar las navidades junto al resto de la familia real. Después de la celebración navideña, que seguramente sería bastante tranquila para Mette-Marit por los dolores de la lesión, la familia tenía planeado volver a las pistas de Uvdal. Sin embargo, los de Haakon cambiaron su itinerario por otro más tranquilo, quedándose en la casa de campo de Skagun -muy cerca de Oslo- en la que la familia suele pasar estas fechas.
La noticia se ha conocido tan solo unos días después de que la Mette-Marit hiciera un esperadísimo comentario sobre la muerte de Ari Behn, que marcó las navidades pasadas de la familia real Noruega. La princesa quiso cerrar el año concediendo una entrevista al medio noruego NRK, un acto insólito por su parte, puesto que ha reducido su actividad pública en gran medida como consecuencia del avance de la pandemia. Padece una enfermedad pulmonar crónica que le fue diagnosticada en 2018 y que, si bien no le impide esquiar, relega a Marit al grupo de riesgo frente al coronavirus. Sobre su difunto cuñado, la princesa solo tuvo palabras de afecto: ‘Era una persona a la que yo quería mucho, mucho’.
Las declaraciones legan justo un año después del suicidio del cuñado de Mette-Marit y exmarido de la princesa Marta Luisa de Noruega. “Creo que todavía es difícil hablar sobre ello”, confesaba excusando su largo silencio. Y continuaba: “luchó de la forma que quiso y finalmente optó por terminar con su vida. Es muy duro”. En vista de la situación, la princesa quiso elogiar a sus sobrinas por su entereza y por hablar abiertamente sobre la situación, poniendo el foco en la salud mental y en la necesidad de abrir un debate público sobre el tema. “Estoy orgullosa de las hijas de Ari, especialmente de Maud que fue capaz de dar ese hermoso discurso en el funeral”, confesaba. El rey Harald de Noruega también se había abierto recientemente sobre el asunto gracias a sus memorias, publicadas el pasado mes de octubre, ‘El rey cuenta’ (‘Kongen Forteller’).
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