La biografía de Meghan Markle y el príncipe Harry Finding Freedom, autorizada por ellos y escrita por los periodistas Omid Scobie y Carolyn Durand, ha salido a la luz hoy martes. En sus páginas, los autores han revelado secretos sobre la familia real británica. Algunos ya conocidos y esparcidos por la prensa en el pasado, como que la relación de Meghan con el príncipe Carlos es tan buena que le considera como su segundo padre o que el supuesto malentendido entre Meghan e Isabel II por la tiara que debía lucir la primera en el día de su boda, en realidad, no existió. Además de otros más desconocidos, como las razones por las que la prensa se enteró por primera vez del noviazgo de la pareja.
Fue su buenísima relación con la princesa Eugenia, su prima y amiga del alma desde pequeños, lo que propició que el secreto mejor guardado del príncipe Harry saliera a la luz: estaba saliendo con una actriz estadounidense, Meghan Markle. La hija de Andrés de York aprobó desde el principio la relación entre ambos, puesto que se enteró mucho antes que la mayoría del resto de mortales y desde el principio pensó que se complementaban bien y apoyó a su primo en su decisión.
El rumor de que las doncellas de palacio lo saben todo es cierto. Siempre o casi siempre que se filtra información a la prensa sobre la familia real británica los trabajadores de los royals aparecen mencionados en los artículos que explican lo sucedido como fuentes fiables del asunto. Ellos conviven con los miembros de la familia y, quieran o no, se enteran de los tejemanejes que se traen entre manos. Así, un empleado de la princesa Eugenia y el príncipe Andrés se enteró de la nueva relación de Harry y decidió contarlo a la prensa.
La forma en la que Meghan y Harry conocieron que su historia iba a ver la luz fue mediante una llamada del palacio de Kensington a la pareja, que se encontraba por aquel entonces celebrando una fiesta de Halloween en Toronto, Canadá. El año en el que sucedió todo fue 2016 y para ese mismo 8 de noviembre, Harry ya había emitido una carta pidiendo respeto para Meghan a los tabloides británicos, que se habían sobrepasado con sus comentarios racistasy sexistas sobre su entonces novia.
A pesar del incidente, la princesa Eugenia no fue la culpable de que uno de sus empleados se fuera de la lengua, por lo que los primos continuaron teniendo una buena relación. Hasta octubre de 2018, cuando la princesa Eugenia se daba el ‘Sí, quiero’, con el magnate Jack Brooksbank en la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor. Entonces, Meghan y Harry decidieron que era la -desafortunada- oportunidad de contar al mundo que estaban esperando un bebé. Algo que molestó a la novia real por haber eclipsado su momento. Ahora solo queda esperar que el tiempo y la distancia curen las heridas que hay abiertas entre la familia real británica y los duques de Sussex para volver a verles en acción, cuando termine la pandemia.
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