El diario ABC asegura haber tenido acceso al plan de vuelto y al primer destino del rey Juan Carlos: Abu Dabi, en Emiratos Árabes. El rey mantiene buena relación con el emir, aunque se estaría hospedando en un hotel privado: el Emirates Palace, uno de los hoteles más lujosos del planeta. Y donde se ha alojado en varias ocasiones: casi siempre que visita Abu Dabi –y el rey emérito es un habitual del emirato al menos una vez por año–, Juan Carlos se hospeda en el hotel, propiedad del Estado, y con el que los emires agasajan a sus dignos y dignatarios invitados.
El rey habría tenido además buena suerte con el destino: hace escasos días que el Emirate Palace ha reabierto sus piscinas y algunos de sus diez restaurantes, dentro de un plan de choque destinado a aliviar el miedo a la pandemia. Los Emiratos, por cierto, tienen como requisito de entrada un test PCR negativo en las 48 horas anteriores a la entrada en el país así que, de estar allí, podríamos decir que Juan Carlos al menos no tiene coronavirus.
Lo que si tendría a su disposición es un espectacular complejo, con 1,3 kilómetros de playa privada, varios restaurantes, y una suite desmedida: la palace. Tres dormitorios, 680 metros cuadrados y un precio de 55.000 dirhams la noche, que hoy supondrían 12.600 euros. Las más modestas del resto de suites (70) son más discretas: 100 metros cuadrados de lujo.
Y, aparte, hay otras 22 suites diseñadas para acomodar a Jefes de Estado, precisamente el trabajo que tenía Juan Carlos hasta 2014. El hotel, diseñado por británicos para imitar los grandes palacios del Islam, es una de las arquitecturas que aparece en taquillazos como Fast & Furious 7. Juan Carlos, por su parte, suele ser habitual de Abu Dabi en otro evento relacionado con coches: el Gran Premio de Formula 1 de la ciudad, una de sus citas mundiales favoritas, y de la que una vez se volvió con dos Ferraris de regalo.
El complejo, con dos helipuertos, centro comercial y todas las comodidades imaginables, ocupa 84 hectáreas y puede presumir de ser el tercer hotel más caro jamás construido: su prespuesto fue de cerca de 2.000 millones de euros. El hotel, propiedad de los Emiratos, fue gestionado durante 15 años por un holding suizo-alemán especializado en hoteles de lujo para personas de alto copete. Aunque los tiempos cambian, y desde este verano el Empire lo gestiona Mandarin Oriental, superpotencia hongkonesa de los hoteles desmedidos.
La foto de Chris Down que abre este artículo cuenta con una licencia Creative Commons 4.0.
Fuente: Leer Artículo Completo