El palacio de Buckingham confirmó el pasado viernes mediante un comunicado oficial el embarazo de la princesa Eugenia de York, nieta de Isabel II. Una noticia que levanta muchas incógnitas y sus consecuentes especulaciones entre la prensa británica, como puede ser el sexo del bebé. Una de las tradiciones que impera dentro de la familia real británica consiste en la concesión de títulos nobiliarios por parte de Isabel II, en el momento en el que uno de los sucesores directos al trono contrae matrimonio. Así, sus hijos lo recibieron en sus respectivas bodas; de la misma forma que algunos de sus nietos. Sin embargo, estas concesiones no implican que la siguiente generación deba heredar un título nobiliario. Que suceda o no depende de muchos factores.
Una de las primeras en romper esta tradición fue la princesa Ana de Reino Unido. Designada con el título de princesa real, otorgado a la hija mayor del monarca reinante,los hijos que tuvo con el capitán Mark Phillips habrían sido tratados como un miembro más de la realeza y habrían recibido títulos si no fuera porque ella lo impidió. El trasfondo de todo: poder ofrecerle a sus vástagos una vida normal alejada de palacio. Así el príncipe Harry, con motivo de su boda con Meghan Markle, recibió el ducado de Sussex convirtiéndola a ella en duquesa, sin embargo, la pareja no ha querido que su hijo se conozca como Archie de Sussex, sino simplemente por los apellidos Mountbatten-Windsor.
Un caso similar pero con resultado diferente es el del príncipe Guillermo, que sí que considera a sus hijos como parte del ducado de Cambridge que comparte con Kate Middleton. Ambos hermanos pudieron elegir; sin embargo, la situación de las hijas del príncipe Andrés es muy diferente. La princesa Beatriz y la princesa Eugenia no han recibido ninguna de las dos títulos nobiliarios por parte de Isabel II como consecuencia de sus respectivas bodas: sus maridos siguen siendo el señor Jack Brooksbank y Edoardo Mapelli Mozzi (aunque este último sí heredará, junto a Beatriz y los hijos que tengan, títulos nobiliarios italianos a pesar de no tener validez legal reconocida en el país; pero esa es otra historia).
En definitiva, el bebé de Eugenia de York y Jack Brooksbank no tendrá ningún título nobiliario y crecerá alejado del palacio de Buckingham (profesionalmente hablando). Lo que se traduce en un abanico mucho más amplio de posibilidades laborales para el futuro descendiente de la pareja. Algo muy parecido a lo que el príncipe Eduardo de Wessex y su mujer, Sofía de Wessex, quieren para sus hijos –Louise y James-. “Tomamos la decisión de no usar los títulos de su alteza real con ellos. Los tienen y pueden decidir si los quieren usar o no desde que tengan 18 años, pero es muy poco probable que lo hagan”, explicó Sofía en una reciente entrevista con el diario Sunday Times. “Intentamos criarles haciéndoles entender que es probable que tengan que trabajar para vivir”.
Los hijos de la princesa Ana, Zara y Peter Phillips, ya han vivido eso en sus propias carnes. Pueden elegir casi cualquier profesión que sea decorosa y que no haga un uso de la imagen de la corona con fines lucrativos, algo que Isabel II no permite bajo ningún concepto. Ambos han estado muy ligados al mundo del deporte, han estudiado las carreras universitarias que han deseado y son embajadores de varias firmas, entre otros trabajos. Dado el historial de la familia y las normas no escritas, el futuro hijo o hija de la princesa Eugenia de York probablemente será libre de elegir cómo quiere ganarse la vida, siempre y cuando no conlleve lucrarse a costa de la corona. Todo como consecuencia de la ausencia de un título nobiliario para él y de evitar el tratamiento de ‘su alteza real’.
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