Como era de esperar, la emisión anoche del programa especial ‘Cantora, la herencia envenenada’ con la presencia de Kiko Rivera abriendo la caja de los truenos de la polémica finca de Median Sidonia, está dando mucho de qué hablar. Y no solo por las duras y contundentes reflexiones que el hijo de Isabel Pantoja regaló a su madre; los vacíos sobre las últimas voluntades de Paquirri están reabriendo heridas del pasado.
Y sin duda, la más comentada y dura para la tonadillera es la que hace reaparecer las voces que en su momento aseguraron que el matrimonio entre Isabel Pantoja y Paquirri, no pasaba por su mejor momento en el momento del fallecimiento del diestro.
Según se ha asegurado en varias ocasiones, las peleas y enfrentamientos eran tan habituales, que la tarde que Rivera falleció en Pozoblanco, ni siquiera se despidieron. Aunque varios fueron los testigos que alzaron la voz con esta supuesta realidad, nunca se pudo confirmar si los rumores que aseguraban que Paquirri quería el divorcio eran ciertos. Desde entonces, Isabel ha mantenido que su historia con Paquirri era perfecta e idílica, cosa que ahora, vuelve a ponerse en entredicho.
Además, con el testamento del torero de nuevo encima de la mesa, vuelven a surgir teorías en torno a él. Anoche, en el programa especial de Telecinco, se volvió a asegurar que días antes de su muerte, Paquirri planeó hacer algunas modificaciones en su testamento. Unas últimas voluntades que, tal y como muchos llevan asegurando tiempo, no se cumplieron y que ahora su hijo pequeño, Kiko, lucha por rescatar.
Es más, ahora ha vuelto a hablarse de la relación del torero con Carmina Ordóñez. Muchos son los que aseguran que fue la mujer de su vida. Ni Isabel ni amoríos sin sentido: Carmina siempre fue su faro. Pantoja, lo sabía. Incluso en el altar.
En el documental «A mi plin, yo soy Ordoñez Dominguín» Belén Ordóñez aseguró que horas antes de que el diestro se casara con la tonadillera, él llamó a su casa buscando a Carmina: no la encontró. Preguntó por los niños para disimular, pero según Belén, su verdadera intención era decirle a su hermana que «si ella quería, paraba la boda con Pantoja». No lo hizo. El resto, es historia televisiva.
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