Máxima de Holanda cumple hoy 50 años en su peor momento de popularidad: los escándalos, polémicas y dramas familiares que han provocado la crisis de reputación de la Reina

Máxima Zorriagueta no lo tuvo fácil para entrar en la familia real holandesa. Nada más conocerse su noviazgo con el príncipe Guillermo (aquí repasamos las mejores fotos de su boda), las alarmas saltaron por la vinculación de su padre con la dictadura del General Videla como Secretario de Agricultura y Ganadería. La argentina tuvo que pagar por los posibles ‘pecados’ de su progenitor, declarar públicamente que apoyaba la democracia, rechazar el régimen, esperar el beneplácito del Parlamento de los Países Bajos para poder casarse con el heredero y, por si fuera poco, pasar por el mal trago de no poder invitar a sus padres a la boda. Además, la entonces Reina Beatriz se puso en el papel de suegra arpía y encargó una investigación sobre su pasado amoroso para evitar meter otra Mette-Marit en palacio. Pero la argentina salió airosa de todo y se ganó el corazón de su nuevo pueblo a golpe de naturalidad y sonrisas desde el primer día. Hasta ahora.

Durante 20 años, Máxima de Holanda ha sido el miembro más querido de los Orange gracias a sonrisa perpetua, también a sus lágrimas, a su naturalidad y a su cercanía, pero parece que esa popularidad está en horas bajas y la Reina llega a los 50 más guapa que nunca, pero también menos querida. Lo dice la última encuesta sobre la monarquía publicada en los Países Bajos con motivo del día del Rey (la fecha de su cumpleaños, el 27 de abril), que arroja datos de lo más sorprendentes: la argentina ha pasado de un 83 a un 68% de popularidad y, lo que es más preocupante, casi la mitad de sus conciudadanos consideran que los reyes no saben bien lo que está sucediendo en la sociedad durante la pandemia. Y es que el coronavirus ha hecho estragos en la familia real.

Para celebrar los 50 años de Máxima de Holanda, se ha emitido una serie de cinco sellos en los que se quieren mostrar todas sus facetas: el día de la coronación del Rey, riendo a carcajadas, ocupándose de asuntos sociales, mostrando complicidad junto a Guillermo y a la princesa Beatriz y en una llamativa imagen en blanco y negro de su juventud. Se trata de una instantánea muy natural tomada el año en el que comenzó su romance con su ahora esposo y que el Rey tiene en su despacho. Sin embargo, las polémicas de los últimos meses (y tres nuevas biografías que muestran su cara más ambiciosa) podrían amargarle el cumpleaños feliz.

Todo saltó por los aires el pasado verano, cuando en plena pandemia del coronavirus, los reyes se tomaron un mes y medio de vacaciones y se fueron junto a sus hijas a disfrutar de unas vacaciones a todo lujo a Grecia. Los holandeses tacharon a sus reyes de poco empáticos con la situación, además de imprudentes, pues se fotografiaron con otros turistas sin mascarillas y sin guardar la distancia de seguridad. Por si fuera poco, se supo que se estrenaron un nuevo yate de más de dos millones de euros, a sumar a la exclusiva mansión de casi cinco millones que poseen desde 2012 en Doroufi, al sur del país heleno. Máxima y Guillermo tuvieron que pedir públicamente perdón, al estilo del “lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir” de nuestro emérito.

Pero la cosa no acaba ahí. Además de sus polémicas vacaciones, están las críticas por el exceso de Photoshop en los retratos reales, los escándalos racistas (y malintencionados) de la rebelde princesa Alexia (hija mediana de los Reyes y futura compañera de Leonor en el exclusivo internado de gales el próximo curso) y el desorbitado sueldo que se le ha asignado a la princesa Amalia, aunque aún no tiene casi papel institucional: la heredera al trono cobrará unos 4.500 euros al día por no hacer prácticamente nada, lo que supone que gana en un fin de semana adolescente más que nuestra Reina Letizia en un mes.

Con este panorama, Máxima Zorriagueta afronta su cumpleaños más amargo y complicado desde que es Reina de los Países Bajos y, sin duda, estrena los 50 con una preocupación mucho mayor que elegir look(azo) para su próximo acto: conquistar de nuevo el corazón de su pueblo. ¿Será suficiente esta vez con tirar de sonrisa, naturalidad y cercanía para conseguirlo?

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