Luis Lorenzo y su mujer, Arantxa Palomino, en libertad provisional

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    Luis Lorenzo y su mujer, Arantxa Palomino, han recibido una buena noticia este viernes después de que el juez celebrara una vistilla para estudiar la situación procesal de la pareja, que continúa siendo investigada por muerte de la tía de ella, María Isabel Asunción, por presunto homicidio por envenenamiento. Tanto los acusados como su abogado han mantenido su inocencia en todo momento, pero la familia de la víctima, que es la acusación particular, a través de su letrado había pedido al juez la prisión preventiva, comunicada y sin fianza para ambos por la gravedad de los hechos que se investigan.

    En esta vistilla, sin embargo, el juez ha dado por nulo el recurso tras la petición de la Fiscalía, al considerar que no existe razón para ello al no existir indicios de riesgo de fuga, obstrucción de la causa o reiteración delictiva, a pesar de que según la acusación habría «suficientes indicios incriminatorios que justificarían su ingreso en prisión preventiva ante la gravedad de los hechos investigados». Tanto Luis como Arantxa, que acudían a los Juzgados de Arganda del Rey esta misma mañana de viernes «con serenidad», han salido más que satisfechos. Estas fueron las primeras palabras de Luis Lorenzo tras ser detenido y acusado.

    Aún así, el juez ha reiterado que se mantengan las medidas cautelares en relación a las comparecencias semanales y la retirada de los pasaportes.

    Fue un hermano de la víctima el que decidió denunciar a la pareja, a quienes culpa de este supuesto homicidio. La autopsia de la mujer, realizada hasta en dos ocasiones (y se pide una tercera) determinó que la causa de la muerte había sido una «intoxicación aguda» con metales pesados, que desembocó en un envenenamiento, ya que presentaba concentraciones de cadmio y manganeso muy superiores a los valores normales. Precisamente la cuidadora de María Isabel confesó ante el juez que la víctima había desmejorado mucho desde que se instalara en casa de Luis y Arantxa, muriendo meses después. El hermano de la fallecida, sin embargo, alegó en su denuncia que el matrimonio perseguiría su herencia y que la mujer, antes de esa mudanza, no presentaba ningún problema más allá de una sordera y cataratas.


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