El 29 de junio de 1978, el rey Juan Carlos y su hijo esperaban en las escaleras de la Zarzuela la llegada del presidente de Francia, Valéry Giscard d’Estaing, de visita oficial en España. A pesar de estar rodeado de fotógrafos, el monarca aprovechó para reprender de manera cariñosa a su heredero, de 10 años, por algún motivo desconocido. “¿Lo has entendido?”, preguntó en voz baja. “¡No!”, respondió el joven príncipe con una pícara sonrisa. Al rey le hizo gracia la rebeldía del pequeño y lo abrazó. A los pocos segundos, monsieur le président llegó al palacio junto a su esposa, Anne-Aymone.
Ha pasado casi medio siglo y ya poco queda de aquella simpática estampa. El pasado 20 de diciembre fallecía Giscard d’Estaing a los 94 años, aquejado de coronavirus. Quince días más tarde, el rey Juan Carlos cumplía 83 años, medio inválido, en su autoexilio de Abu Dabi, acompañado únicamente por su hija mayor, la infanta Elena. Hoy es el rey Felipe quien cumple años, 53, lejos de su padre y en las antípodas del cariñoso abrazo que le brindó aquel verano de 1978.
Giscarg d’Estaing apreciaba a su —“buen amigo”— el rey Juan Carlos y en 1975 no quiso perderse su proclamación como rey. Al año lo recibió con los brazos abiertos en el Elíseo: “Ha puesto su reinado bajo el signo de la libertad”, aseguró en su discurso. Su devoción por el monarca consiguió que el semanario satírico parisino Le Canard Enchaîné lo apodara Giscard d’Espagne. Hoy, casi medio siglo después, podría repetirse aquel diálogo entre padre e hijo, pero al revés: “¿Lo has entendido, papá?”.
Fuente: Leer Artículo Completo