Lara Dibildos: "Mis hijos llevan en los genes su amor por los animales"

Lara Paula Dibildos nació en Madrid el 23 de septiembre de 1971. Es hija de la actriz y presentadora Laura Valenzuela y del productor de cine José Luis Dibildos. En 1996 inicia su actividad profesional de la mano de su madre en ‘Mañanas de Primera’, en TVE. Años después lo haría en ‘Día a día’ con María Teresa Campos. En 2011 ficha como colaboradora de Inés Ballester en 13 TV. El 28 de diciembre de 2012 colabora en la Gala Inocente, Inocente de La 1.

Como actriz, su carrera se ha desarrollado en el teatro, en obras como: La tía de Carlos, Pato a la naranja, Vidas privadas, Usted tiene ojos de mujer fatal, El médico a palos, Testigo de cargo y Diez negritos, ambas de Agatha Christie. Como actriz principal ha protagonizado ‘El Contador del amor’, con la que ha recorrido toda España, y La telaraña, también de Agatha Christie. Con tan solo 19 años vivió duros momentos al diagnosticarle un cáncer que logró superar.

Hoy Corazón El confinamiento ha inspirado a Lara para escribir lo que podría terminar en ‘novela’, parte de ficción y realidad con la que trataría de ayudar a toda la gente que le pide consejos sobre cómo afrontar la enfermedad que ella sufrió. Hay regalos que nunca se olvidan y además te llegan al corazón.

Lara Dibildos Así es, Ángeles. Te voy a contar dos historias. En mi casa tenemos pasión por los animales. No sé si mis hijos lo llevan en los genes o yo les he educado para que los quieran. Hace casi tres años, mi hijo Álvaro me regaló un perrito pequeño blanco, parecía un muñeco de trapo, no se movía y al final se quedó con el nombre de Trapo. Es un bichón maltés muy cariñoso y está siempre pegado a nosotros. Le tenemos muy mimado.

H. C. Entre mimo y mimo, ¿Trapo hace lo que quiere?

L. D. Es muy inteligente y sabe lo que quiere. Cuando necesita estar tranquilo, elige mi compañía y para jugar, se va con mi hijo pequeño Álvaro. Los paseos los hace con mi hijo mayor Francisco, porque sabe que está más tiempo fuera de casa. Mi madre vive muy cerca y voy todos los días a verla. Siente pasión por ella y ella por él.

H. C. ¿Trapo está lleno de cualidades?

L. D. Sí, pero hay algo que no hemos podido quitarle de la cabeza. Tiene obsesión por los calcetines. Cuando nos vamos hay que tener mucho cuidado y ponerlos casi bajo llave para que no los encuentre y los destroce. También hemos notado que, al estar tanto tiempo con nosotros durante el confinamiento, ahora le cuesta mucho quedarse solo y llora.

H. C. El amor por los animales está repartido en su casa, donde también vive Ronnie.

L. D. (Sonrisa) Esa era la otra historia que te quería contar. Es un conejo con tres mezclas: angora, cabeza de león y conejo común. Es un abuelo y se lo regalaron a mi hijo cuando era muy pequeño por su cumpleaños. Me dijeron que tenía una vida corta y lleva diez años con nosotros.

H. C. ¿Cómo se lleva con Trapo?

L. D. Muy bien. Cuando Trapo se pone pesado y quiere jugar le da un gruñido y se marcha. Ronnie es permisivo y no se suele enfadar.

H. C. ¿Cree que Trapo y Ronnie se dan cuenta de la situación tan complicada que estamos viviendo?

L. D. Posiblemente porque los animales son muy listos. El confinamiento para mí ha sido muy duro. Estoy acostumbrada a estar de gira con las obras de teatro y la casa se me venía encima. Además, mis hijos se cansaban de todo. Hemos visto series, he cocinado con Álvaro. Nunca he hecho tantas tartas en mi vida. Pero he desarrollado otra faceta: he escrito mucho.

H. C. ¿Qué ha escrito?

L. D. Lo tenía en la cabeza desde hace mucho tiempo. No me atrevo a decir novela, pero he plasmado la historia de una chica de veinte años a la que le diagnostican un cáncer papilar de tiroides, como me pasó a mí. Por las redes sociales me escriben mujeres jóvenes a las que les han detectado cáncer y los padres y madres que tienen hijas con esta enfermedad. Me hacen muchas preguntas y he querido con una historia, mitad ficción y mitad realidad, contar algunas de las cosas que me ocurrieron.

H. C. Una gran iniciativa, Lara, espero que se la publiquen pronto. El teatro también está en suspense.

L. D. Yo me lancé a producir con dos socios La telaraña, de Agatha Christie. Pero trabajamos ocho actores más el equipo técnico. Hasta que no se pueda llenar el aforo no podremos volver porque los números no salen. Todos tenemos muchas ganas de poder subir el telón, esperemos que llegue pronto.

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