- La vida de Kiko Hernández en 50 fotos
Kiko Hernández reaparecía en ‘Sálvame’ el 26 de octubre después de hacer un retiro para poder aliviar el dolor de dos pérdidas muy importantes para el colaborador: Mila Ximénez y Begoña Sierra. Esas semanas de descanso le han venido genial al madrileño, tanto es así que todos los días demuestra una energía bestial al desempeñar su papel de tertuliano. En concreto Kiko tiene un frente abierto contra Terelu Campos y su hija Alejandra Rubio.
La guerra viene porque Kiko, en el pasado, trató de manera muy dura a Carmen Borrego, con la que ahora tiene una muy buena bonita amistad desde que es colaboradora del programa. Eso es algo que nunca ha entendido Terelu y Alejandra, por lo que son muchos los malos comentarios sobre esta nueva relación. Kiko se enemistó con la malagueña y su hija dejando fuertes titulares y a la vez coincidió que el colaborador visitó un par de veces a María Teresa a su casa. Madre e hija creen que la veterana periodista no sabe nada sobre el enfrentamiento con el colaborador y Alejandra Rubio ha dicho en varias ocasiones que Kiko Hernández «se aprovecha» de la situación.
«No le doy importancia a lo que diga ese señor», eran las últimas declaraciones de la joven sobre el colaborador y tenía claro que Kiko y su abuela no son amigos: «No creo que esté más, espero que no esté más, pero cada uno toma sus decisiones, yo espero que no», refiriéndose a sus visitas.
Tras ese pasotismo de Alejandra, Kiko Hernández ha estallado: «Eres una provocadora, yo no he vuelto a hablar. Solo recuerdo lo que dijo tu abuela ese mes de agosto que la visité, vosotras estabais en Málaga, había una ola de calor bestial en Madrid y tu abuela dijo que era uno de los días más bonitos que había tenido en todo el verano», pero aunque no quería hablar, el madrileño no ha podido morderse la lengua: «¡Manda narices, niñata, que le digas a tu abuela con quién se tiene que reunir! ¿Te ha dicho tu abuelita qué problemas había en casa? ¿Te ha dicho qué solucioné? ¡Pregúntale!»
Finalmente el colaborador contaba ante toda España el problema que tuvo María Teresa en plena ola de calor: «Lo único que hice es tirarme toda la tarde buscando la caldera por todo el jardín, que no sabía dónde narices estaba, para que tu abuela no se desintegrara».
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