El desafortunado comentario de María Patiño que ha hecho estar a Mila Ximénez (y abandonar el plató de ‘Sálvame’)

Un mensaje de WhatsApp precipitaba la tormenta en la tarde de ayer en el plató de ‘Sálvame’. Lo recibía Mila Ximénez. Lo enviaba María Patiño. El contenido, un simple «respira», no hacía presagiar la que iba a liarse, por lo mal que le sentaba a la primera de ellas, en medio de su lucha contra el cáncer de pulmón, que juzgara su trabajo desde el sofá de casa su compañera en ese término tan poco acertado.

Ximénez estaba dando su opinión sobre el conflicto entre Jorge Javier Vázquez y María Teresa Campos, dejando claro que se posiciona del lado de su amigo. Y lo hacía de una manera tan acalorada, que provocaba que Patiño, que esa tarde no estaba convocada para ponerse delante de las cámaras, le mandara ese mensaje desde casa.

Mila estallaba contra ella. Quizás porque estaba en pleno fragor de la batalla, pero lo cierto es que se podía observar cuánto de mal le había sentado el comentario desafortunado de Patiño. «Respiraré cuando me salga del mismísimo… Respiro mucho peor que antes pero sigo respirando… Gracias a dios puedo respirar todavía, y trabajar», pronunciaba, haciendo alusión sin nombrarlo a su enfermedad y que aún puede seguir haciendo lo que le gusta.

Qué poca empatía… ¡Respira tú!»

«En el sofá y a mandar mensajitos, cuando yo no trabajo ¡descanso! Cada día me importa menos nada y cuando te encuentras con situaciones como la que me he encontrado minimizas todo. ¡Cómo podéis hacer de esto vuestra vida, es un trabajo!», continuaba con su cabreo mientras se levantaba y se marchaba del plató.

Y, entre lágrimas y mirando a cámara, se dirigía a María: «La cabeza es muy importante y yo la tengo que utilizar a otras cosas. ¿Ya está claro? Ya lo tienes ahí… Me va a dar algo, bueno ya me ha dado…». Tras una pequeña parada, remataba: «Esto no es nuestra vida, he visto volverse loca a mucha gente por esto. Trabajo de cuatro a nueve, y a las nueve todo me importa una mierda y descanso. Y cuando no trabajo también descanso. Qué poca empatía… ¡Respira tú!».

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