La actriz catalana le ha cogido el gusto a los uniformes en televisión, ya que Lidia, la nueva agente de Servir y proteger, es su tercer policía en pantalla tras Mati, en El príncipe, y Paula, en Sabuesos. Con experiencia en las diarias tras su paso por Amar en para siempre, ha vuelto a recuperar la disciplina y la entrega que requieren estas ficciones.

¿Qué balance haces de este nuevo trabajo?

Muy bueno. Estoy rodeada de un equipo maravilloso y de gente con la que ya había coincidido en otros proyectos. Es mi tercera policía.

Parece tu destino en pantalla…

Después de esta interpretación ya me pueden dar la placa y salir a la calle a patrullar.

Presenta a Lidia Alonso.

Está siendo muy divertido como actriz. Ella es una buena agente, con una ética alta, pero a su estilo. No tiene habilidades sociales y dice lo que piensa, algo que le da problemas en la comisaría, sobre todo con Salgado.

¿Conocías a Antonio Valero?

Nunca habíamos trabajado juntos y he descubierto a un gran compañero.

¿Cómo te preparaste para dar vida a este personaje?

Todo fue de golpe porque me tuve que meter enseguida en el papel. El casting fue virtual, en pleno confinamiento. Les mandé un video y me cogieron. Después ensayé con Alejandra Graf, la directora de la serie. Para construirlo vi varias películas y series policíacas. He tenido que recordar el manejo de un arma.

¿Te apetecía regresar a una producción diaria?

Sí, y a una con trama actual. Estas series te dan seguridad laboral, algo básico hoy.

¿Conocías a tus compañeros?

Con Luisa Martín coincidí en Gran Reserva, y con Fernando Guillén Cuervo, en Sin tetas no ha paraíso, el papel que me descubrió. En aquel momento yo era una cría y Fernando me ayudó mucho. Ha sido una alegría volver a colaborar juntos en televisión.

¿Y qué recuerdas de Amar es para siempre?

Fue un trabajo muy bueno, en el que me sentí valorada, con un equipo experto y lleno de paciencia. Hicimos una familia muy bonita, y aún seguimos en contacto.

¿Tienes algún método de estudio para dominar tanto texto?

Yo lo llamo ‘dormir las secuencias’. Es decir, estudiar el fin de semana y tener un concepto claro del rodaje del resto de los días. Cuando lo duermo, la trama se afianza. Voy un día por delante de lo que tengo que interpretar. Requiere dedicación y cuidado. No puedes arriesgarte a salir porque nos hacen test de COVID-19 todas las semanas.

¿Cuál crees que es tu punto fuerte como intérprete?

Con este personaje estoy trabajando la responsabilidad y la vocación en mi trabajo, en lo que nos parecemos. Soy cabezona, respetuosa y metódica, influencia de la danza.

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