Arrayán y Entreolivos son las otras dos telenovelas que aparecen en el currículum de esta actriz, a quien también hemos podido ver en la serie Caronte. Curtida en el teatro, asegura que Dos vidas es como una segunda escuela y espera que Patricia Godoy, su ambicioso personaje, cale en el público porque esconde muchos secretos.
¿Cómo es grabar Dos vidas?
Está siendo una experiencia enriquecedora, aprendo mucho gracias a mis compañeros, sobre todo de Sebastián Haro (Francisco) y Amparo Piñero (Carmen), que son con quienes más coincido. Con Amparo tengo una conexión muy especial y eso me hace crecer como actriz.
¿Qué pensaste de Patricia cuando leíste el guion?
Que era un regalo. Hacer de villana es muy divertido, tiene muchas aristas que explorar. También sentí que era unreto porque es mayor que yo y madre, y yo no tengo hijos.
Además, su historia personal es muy dura.
Hay que tener cuidado con ella… Es un personaje difícil de defender porque hace cosas moralmente intolerables, pero hay otros aspectos que también destacan en su personalidad. Es una mujer adelantada a su época, ya que es socia de la empresa maderera con su pareja, Francisco, y no está casada.
¿Cuál es su mayor fortaleza?
Creo que tanto su fuerza como las ambiciones que tiene vienen más por cosas que no puedo contar… (risas).
¿Y su mayor miedo?
Perder su estatus social. Ella ha nacido en Guinea y, en los años cincuenta, allí los blancos vivían en una especie de paraíso. Temía perder esos privilegios, como había ocurrido en otras colonias españolas, y quedar desamparada con su hijo, Ángel.
¿Qué le has aportado de ti?
Está muy lejos de mí en muchas cuestiones, pero creo que ambas tenemos carácter y mis miradas son las suyas.
¿Cómo te ves con esos vestidos tan elegantes?
Me siento privilegiada porque en maquillaje y vestuario lo dan todo para que esté siempre arreglada y perfecta. Disfruto con las pruebas de vestuario, poniéndome esos vestidos ajustados, subiéndome a esos tacones infinitos… Es muy importante porque refleja la personalidad de Patricia. Hay detalles como que ella nunca suda, y eso que Guinea tiene clima tropical.
¿La interpretación fue tu vocación desde el principio?
Estudié Enfermería, pero ya entonces recibía clases de Teatro. Me matriculé en la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla y fue allí cuando descubrí toda la disciplina y el rigor que suponía la profesión. Me enamoré, poco a poco, y decidí apostar por ella.
¿La veías más como una afición que como un medio de vida?
Sí, hasta ese momento me interesaba pero no como algo serio a lo que dedicarme. También estuve trabajando como profesora de teatro muchos años hasta poder desarrollar mi carrera actoral.
¿Lo has conseguido?
Ahí estamos… Esta profesión tiene la particularidad de que te hace vivir en la incertidumbre. Es difícil compaginarla con otras actividades porque debes estar disponible por si surge cualquier proyecto, pero debemos vivir de algo mientras esperamos a que nos llegue algún trabajo.
Comenzaste en el teatro, ¿cuándo llegaste a televisión?
Con Arrayán, me llamaron de Canal Sur para hacer un papel de reparto que luego se alargó. Después, volví con ellos para Entreolivos. Fueron dos momentos importantes de mi carrera audiovisual. Y, en 2019, llegó otro, mi debut en el cine con la película Una vez más.
¿Cómo te ves en cinco años?
(Risas). Resulta difícil contestar debido a la situación que atravesamos. Espero y deseo estar trabajando
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