Darío se dispuso a cumplir la prueba definitiva encargada por Argos, sin saber que Sheila le había seguido y estaba a punto de desentrañar todo el misterio que rodea al que hasta hace unos días era su novio. Por su parte, Nino comenzó a sospechar que Rubén y Martina asesinaron a Ginés y no piensa parar hasta obtener una prueba que confirme el crimen. Además, el hombre decidió reanudar los negocios que Pozo dejó empezados con Quintero.

En Comisaría, Yolanda y Carlos siguieron adelante con el caso de maltrato animal, mientras queun diagnóstico erróneo de Aitor indicó a Antonio que este no podía ser médico, tal y como había afirmado desde su llegada al barrio.

Martina hizo un trato con Quintero

Martina ofreció a Quintero blanquear su dinero en la inmobiliaria a cambio de que la ayudase a acabar con las sospechas de Nino. Entretanto, Darío llamó a Sheila, quien contó todo a Espe, para despedirse de ella al día siguiente. La policía monitorizó la llamada y el chico finalmente fue detenido. Sheila lo convenció para que colaborase con la policía.

Néstor y Lidia comenzaron a investigar a Aitor y salió a la luz que el recién llegado a Distrito Sur sufre un trastorno de megalomanía. A su vez, con nuevas pistas, la policía trazó un sofisticado plan para engañar a Argos.

Cerca de allí, Miralles y Antonio comenzaron a preocuparse por las agresiones a sanitarios y Jota fue agredido en el pub por parte de dos misteriosos hombres. Además, Nacho, un simpático “comercial”, apareció en el vecindario ocultando su verdadera identidad como carterista.

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