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A Iffet se le caía la casa encima. Desde que volvió con Ali Ihsan, el empresario no había parado de trabajar ni un solo día, dejando sola a su esposa durante largos periodos de tiempo. Además, la buena relación de Ali Ihsan con su socia Yasemin desató los celos de Iffet, quien se sentía inferior a la diseñadora por no haber estudiado una carrera.

Mientras tanto en La venganza de Iffet, Cemil trabajaba en una mina lejos de su pueblo para enviarle dinero a su madre. El hombre, que prometió alejarse de Iffet, no podía evitar seguirla de vez en cuando y se lamentaba al verla siempre triste. «Me marché para que pudieras ser feliz, ¿por qué no lo eres?», pensaba en voz alta mientras observaba a su ex sola en un bar.

Cemil convenció a los trabajadores para hacer una huelga

El compañero de Cemil estaba desesperado. Su hija se encontraba muy enferma y no podía pagar su tratamiento por culpa de un jefe que nunca les pagaba a tiempo. Cemil se armó de valor y decidió plantarle cara al empresario, bloqueándole el paso con su camión cuando intentaba entrar en la mina. Tras exigirle que pagase a sus empleados, el hombre se negó y le respondió con muy malas formas: «Si eres inteligente encontrarás otra manera de reclamar tus derechos. Ahora, apártate de mi camino».

Cemil convenció a sus compañeros para hacer una huelga y el jefe, asustado por las pérdidas que podría tener su empresa, entró en razón y les pagó. Por su parte, Betül, que no quería volver a saber nada de Cemil, se hizo un test de embarazo y descubrió que está esperando un hijo suyo. «No voy a abortar y no pienso contarle nada a Cemil. Este bebé será solo mío», le dijo a una amiga buscando su apoyo. Mientras tanto, el esposo de Betül encontró a su jefe muy malherido y Feride fue llevaba al hospital debido a una aneurisma.

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