QUÉ HA PASADO

• Eva propone a Fernando ayudarlo en su venganza.

• Iván descubre que Ángel fue la persona que lo atropelló.

• Un sospechoso sacerdote se presenta en el barrio.

• Mateo es al fin detenido.

Paula visita en prisión a su padre y, tras un fuerte enfrentamiento con él, decide romper toda relación. “No quiero verte nunca más, adiós”, dice la joven, dejando al reo solo y abatido.

Viendo que ya no tiene ni una pizca del cariño de los suyos, Mateo intenta suicidarse en su celda: “He perdido todo lo que meimportaba en esta vida, ya no tengo amor, ni familia por la que luchar, estoy harto”. Afortunadamente, los celadores logran frustrar su intento.

Cuando su hija se entera de lo ocurrido, se siente tremendamente culpable y va a ver de nuevo al recluso. Cuando lo tiene delante, le ruega perdón por haberlo tratado tan mal durante su última conversación.

Sin embargo, él le pide que no se preocupe: “La estupidez que cometí es porque siempre he sido un cobarde. Tú solo has hecho que me diera cuenta, tranquila”. Además, decidido a redimirse, le confiesa que él también es el asesino de Andrés.

Por otro lado, Antonio prepara un viaje a Verona e insiste a Claudia para que se vaya con él: “Has sufrido mucho estos últimos meses, te vendrá bien alejarte de todo esto y poder respirar el aire de otro lugar”.

La inspectora le agradece el gesto, pero rechaza su ofrecimiento pues no piensa abandonar Distrito Sur hasta dar con Vlado Khan. “Haré lo que sea necesario para detener a ese delincuente de una vez”, asegura.

Quien tampoco sopesa detenerse en la búsqueda del criminal es Quintero, que con ayuda de Hanna logra dar con el paradero de Ruffo, el principal esbirro del proxeneta. Fernando se alegra, pues piensa que la venganza por la muerte de Alicia está cerca.

Mientras, Iván investiga de forma ilegal a Ángel para conocer todo acerca del hombre que lo atropelló y le dejó cojo. Lara, que lo descubre, intenta que su nuevo compañero no siga por ese camino

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