Lori Loughlin se prepara para entrar en la cárcel en la que cumplirá condena

En marzo de 2019 salía a la luz la Operación Varsity Blues y ponía en el ojo del huracán a Felicity Huffman y Lori Loughlin. Ambas, acusadas de ‘comprar’ la plaza de sus hijas en prestigiosas universidades americanas, corrían distinta suerte. Mientras la actriz de Mujeres desesperadas asumía su culpa y saldaba su deuda con la justicia; la protagonista de Padres forzosos y su marido, el diseñador Mossimo Giannulli, defendían su inocencia. Pero las pruebas contra ellos cada vez eran más sólidas y finalmente han tenido que reconoce su implicación y asumir las consecuencias.

En agosto se hizo pública la sentencia: culpables de conspiración para cometer fraude postal y electrónico. Lori debía cumplir dos meses de prisión, dos años de libertad supervisada, 100 horas de servicio comunitario y pagar una multa de 150.000 dólares por su participación en el escándalo de admisiones universitarias. Su marido salía peor parado: Mossimo fue sentenciado a cinco meses de prisión, dos años de libertad condicional, una multa de 250.000 dólares y 250 horas de servicio comunitario.

Ahora, la actriz ha podido elegir la cárcel en la que quiere pagar su culpa y el juez ha aprobado su solicitud para cumplir su sentencia en la institución correccional federal de media seguridad de Victorville, California. Al parecer, Lori ha elegido esta prisión por su cercanía a su domicilio, y aunque en principio depende de la aprobación final de la Oficina de Prisiones, lo cierto es que la actriz, de 56 años, ya tiene asignado un número de registro. El contador ya ha comenzado la cuenta atrás y la artista deberá ingresar antes del 19 de noviembre a las 14.00 horas como fecha tope.

La posibilidad de elegir prisión ha sido objeto de muchas críticas, como la de la estrella de la NBA LeBron James, que denunció trato de favor. «Solo queremos el mismo trato si se comete el mismo delito, eso es todo. ¿Eso es pedir demasiado?», cuestionó en Instagram. Además, la prisión de Victorville, con 300 reclusas, incluye una serie de actividades como Pilates, Yoga, ABS (abdominales), talleres para aprender a tejer y «horas de café» específicas, junto con un brunch, los sábados y domingos.

Por su parte, su marido, el diseñador de ropa Mossimo Giannulli, también tiene asignada plaza en la prisión federal de baja seguridad para hombres en Lompoc, en el condado de Santa Bárbara, también en California.

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