QUÉ HA PASADO
• Tahir sufre un naufragio y está a punto de morir.
• Fatih despierta del coma y conversa con Berrak.
• Nazar inicia los trámites para divorciarse de Vedat.
Después de haber pasado varias semanas en coma, Fatih finalmente es dado de alta y toda su familia se alegra al verlo de regreso. Su madre lo instala en el sofá-cama del salón para que esté bien atendido. “Ahora mi pequeño será el consentido de este hogar”, asegura la señora. Horas más tarde, Berrak decide ir a ver cómo se encuentra el chico. La muchacha le prepara un plato de sopa caliente con pan y se lo acerca. Se ha convertido en su enfermera particular. “Gracias por estar a mi lado cuando más te he necesitado. Sé que no te apartaste ni un instante de mí mientras estuve en la clínica”, susurra él. Ambos se miran con gran afecto. Los sentimientos que tienen el uno por el otro crecen con el paso del tiempo.
A diferencia de su mellizo, a Murat no le va tan bien en el amor. Después de pensar que podría tener una bonita relación con Nazar, la enfermera ha dejado de dirigirle la palabra: “Jamás podré entender en qué he fallado. Creía que, a partir de ahora, todo sería mucho más fácil entre nosotros, que por fin tendríamos una vida juntos y seríamos felices”. No es consciente de que el padre de ella es quien le ha prohibido que vuelva a verlo.
Por otro lado, Nefes está muy triste al observar cómo su hijo sufre por la ausencia de Tahir. Este aparece a la mañana siguiente y le propone a los dos hacer un plan juntos:»Podríamos pasar una tarde en la playa”. La mujer se excusa diciendo que tiene trabajo, pues todavía no está lista para retomar la relación con su marido tras haberse separado. El hombre, finalmente, se marcha solo con Yigit. “Si al final te desocupas, no dudes en llamarnos, estaremos esperándote lo que haga falta, tranquila”, le dice a su amada.
Asiye y sus amigas idean un delicado plan
Lejos de allí, Nazar se cita con Esma para ver cómo va el proceso de divorcio que inició. La abogada la tranquiliza al explicarle que todo el papeleo sigue su curso. “Pronto serás libre y no deberás tener más miedo a tu exmarido”, afirma. Tras comer, se reúne con Mercan para ayudarla con sus ejercicios de rehabilitación. Esta le pone al tanto de la discusión que ha tenido con Türkan, quien le ha recriminado que se acercara a los Kaleli. “Estoy harta de que papá y mamá quieran dirigir nuestras vidas. Me siento como un juguete en sus manos y no voy a consentirlo nunca más”, comenta la joven llorosa.
Terminada la terapia, las hermanas Dagdeviren se citan con Berrak y Asiye en la vivienda de Nefes. Todas ellas van a poner en marcha un negocio de venta de comida a domicilio. Sus ilusiones se vienen abajo cuando observan que han saboteado los platos. El culpable es Vedat. Coléricas, las cinco idean un delicado plan: se cuelan en la mansión del pérfido hombre, lo secuestran y lo dejan atado en una cabaña en medio del bosque. Ninguna sabe muy bien qué hacer ahora con el empresario, pues si las descubren las detendrían y las condenarían a muchos años de cárcel.
Ajeno al problema en el que se ha metido su esposa con sus amigas, Mustafá tiene un importante encontronazo con su progenitora. Saniye sigue en su idea de no dejar que su nuera regrese a la casa: “Si esa desconocida no hubiera entrado en nuestras vidas, no habríamos tenido que enfrentar tantas desgracias. Sabes que tengo toda la razón”. Su primogénito, harto de su cabezonería, le da un ultimátum: “No puedes continuar así, con esta actitud terminarás perdiendo el amor de tus seres queridos y te arrepentirás”. Ni siquiera la intervención del señor Ösmasn, que está presente en la discusión, logra aplacar los ánimos de la anciana: “Nadie me viene a mí a dar lecciones”.
Friket recuerda un mal momento de su pasado
Por su parte, después de haber conversado con Sayar sobre su pasado hace una semana, Friket está algo sensible. Remover los recuerdos de su juventud le provoca mucho dolor. Cuando llega la noche, se toma una copa de licor y se pone a pensar en Gülendam, la chica que le robó el corazón. Rememora su primer encuentro y cómo empezaron a hacerse amigos. Un día, al salir de un estudio fotográfico, fueron atacados por unos matones, se llevaron a su amada y a él, al intentar defenderla, le dispararon en el pecho. “He cometido tantos errores en mi vida y he hecho tanto daño que me merezco todo lo que me pase. Estos años deberé pagar caro el precio de mi terrible maldad”, reflexiona mientras bebe. Sus secuaces lo sacan de su ensoñación para comunicarle el rapto de su fiel cómplice.
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