“Yves Saint Laurent tuvo un novio llamado Pierre Bergé, Karl Lagerfeld tuvo a Jacques de Bascher, y yo tuve a Xavier de Castella”. Con estas palabras se refería al amor de su vida el diseñador de moda Kenzo Takada, fallecido ayer de coronavirus a los 82 años, en un artículo publicado hace tres años en el diario japonés Nikkei.
Descendiente de un noble francés nombrado conde por el rey Luis XIV, Xavier de Castella “se parecía al actor Clint Eastwood” y tenía ese aire de distinción que caracteriza a “la gente que desde la cuna ha sido bendecida con una vasta fortuna y que jamás tiene que preocuparse de trabajar”, describía el fundador de la firma Kenzo la impresión que le causó su novio cuando, durante la cena de un cumpleaños de Paloma Picasso celebrado en los años ochenta, le sentaron enfrente de él y conversaron por primera vez.
Xavier de Castella había estudiado arquitectura y su hondo conocimiento de los castillos europeos y la arquitectura japonesa impresionó a Kenzo Takada, de quien pronto se volvió inseparable. El diseñador solía recibir sus consejos sobre moda y negocios.
“A nivel personal Xavier era maravillosamente estimulante. Tuve la oportunidad de aprender mucho de su amplia educación, y eso me ayudó mucho como diseñador de moda. También fue él quien me presentó a mi segundo socio, e incluso me ayudó económicamente cuando la empresa tuvo algunos problemas”, reconocía Kenzo Takada en 2017.
Al japonés su relación con Xavier de Castella también le permitió estrechar su amistad con Karl Lagerfeld y su enamorado, Jacques de Bascher, presentes también en la referida cena de Paloma Picasso. Bascher era uno de los mejores amigos de Castella y junto a él organizó algunas de las fiestas más recordadas de la escena parisina. Por ejemplo, la “Moratoire Noire”, una legendaria fiesta de ambientación sadomasoquista que, en 1977, dieron en honor de Karl Lagerfeld en un antiguo cine redecorado por Philippe Starck.
Kenzo Takada empezó a ser habitual en esas fiestas del exceso y también en las vacaciones que la pandilla de Jacques de Bascher y Xavier de Castella disfrutaba a todo tren en Bali o el Caribe, aunque desgraciadamente aquellos años felices de su vida pronto llegaron a su fin.
En 1990, apenas un año después de morir De Bascher por la misma enfermedad, fallecía de sida Xavier de Castella, con solo 38 años. Una tragedia que afectó profundamente a Kenzoy de la que nunca se repuso del todo, tal y como confesaba hace dos años en la revista Gala. “Su muerte prematura me provocó una herida que nunca sanó. En mi vida, he hecho muchas cosas estúpidas. Si él todavía estuviera aquí, habría hecho algunas menos”.
En 1993, Kenzo Takada vendió su marca a LVMH y se retiró de la moda seis años después.
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