Alessandro Michele lo ha vuelto a hacer. Después de sus camisetas con las palabras ‘impazienza’ (impaciencia) e ‘impotenza’ (impotencia) estrelazadas y estampadas de la colección otoño-invierno 2020 y de su peto vaquero manchado de hierba a razón de 1.500 euros, el director creativo de Gucci vuelve a plantar cara a la ‘masculinidad tóxica’ y desata la polémica con sus vestidos para hombres que están dando mucho de qué hablar en las redes sociales.
Twitter se convertía en un hervidero de dimes y diretes y, en esta ocasión, la política no era la protagonista, sino la moda. O la antimoda, como queramos verlo. Y todo, porque Alessandro Michelle había lanzado a la venta dos vestidos para hombre (de casi 2.000 euros, eso sí) dentro de las propuestas de su nueva colección (sí, la que se presentó hace meses en la pasarela de Milán). Nada nuevo bajo el sol, en realidad, ya que la moda sin género lleva varias temporadas colándose entre las propuestas de nueva colección, aterrizando incluso ya en el ‘low cost’. Por no hablar de las faldas masculinas que hemos visto entre las propuestas de pasarela de Ricardo Tisci para Ginvenchy, de Thom Browne, de Maison Margiela, de Alexander Wang o Marc Jacobs; y que han lucido en el ‘street style’ desde Kanye West a Harry Styles, pasando por Bad Bunny o Pelayo Díaz. Sí, el polémico Miguel Bosé también.
Esta vez, sin embargo, estos vestidos de Gucci están causando mucho más revuelo, y no sabemos si es por la estética ‘naive’ y aniñada que respiran con su silueta ‘babydoll’, uno con estampado tartán y cuello Peter Pan, y el otro con un ‘print’ de flores Liberty; por su precio o por el mensaje que el diseñador quiere mandar con ellos: Alessandro Michelle asegura que están inspirados en la estética grunge de los 90 (recordemos que Kurt Cobain ya llevaba faldas y vestidos de flores hace 30 años) «que rompe los rancios estereotipos tóxicos que tratan de dar forma a la identidad de género masculina«.
La pregunta es, ¿por qué todo el mundo habla de ello ahora?
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