Mujeres que se visten para mujeres», este es solo uno de los lemas que defiende Amy Powney, directora creativa de Mother of Pearl, la firma de moda que ha enamorado a las londinenses. Y junto a ese, un mantra de diseño muy claro: «Clásico pero nunca aburrido». Dos premisas que forman parte del génesis y la historia de Mother of Pearl, fundada por Maia Norman en 2002 y que desde entonces ha apostado por procesos de producción sostenibles, intentando reducir al máximo el impacto sobre el planeta. Su actual directora creativa, Amy Powney, se unió a la firma como asistente de Norman en 2006 y ha recorrido casi todos los escalones hasta alcanzar ese lugar.
La firma no tardó en colarse en el radar de las fashionistas, atraídas por la forma en que sus prendas reflejan la individualidad, la autenticidad y la tan apreciada sostenibilidad. «No hay un manual sobre cómo hacer que una marca sea sostenible, pero quería saber de principio a fin dónde se cultivan nuestras materias, quién las hace y el impacto social que producen en el camino. He viajado para encontrar las mejores fábricas, proveedores y agricultores que se preocupan por el planeta y sus habitantes tanto como nosotros», explica Amy en su web.
Sus diseños han pisado las pasarelas de la Semana de la Moda de Londres y la Semana de la Moda de Copenhague. Uno de sus hitos más célebres tuvo lugar hace tres años: Powney creó No Frills, una colección sostenible de básicos para usar a diario realizada con materiales orgánicos y naturales, con una cadena de suministro transparente, priorizando la responsabilidad social, el respeto a los animales y el bajo impacto ambiental.
Su tienda online refleja a la perfección esa filosofía: cada prenda está acompañada de una estricta información sobre si está hecha con materiales orgánicos, la trazabilidad desde el campo hasta su llegada a tienda, la huella de carbono y el uso responsable del agua. Datos que dejan claro que la sostenibilidad no es una estrategia de marketing, sino el corazón de la marca.
El clasicismo del que a menudo habla Amy Powney está presente en detalles estéticos como las perlas que salpican muchos de sus diseños, estampados como las incombustibles rayas marineras o los print florales que nos recuerdan a las décadas de los sesenta y setenta. La mayoría de sus diseños tiene ese carácter atemporal que cada vez se valora más y sus líneas fluidas y sus prendas de sastrería clásica son buena prueba de ello.
La sostenibilidad forma parte de la vida de Amy antes de que esta palabra se pusiera de moda. Como ella misma contó en una entrevista para el diario británico The Telegraph: «Crecí en el pueblo de Hesketh Bank, y cuando tenía 10 años, nos mudamos de nuestra casa y nuestros padres nos llevaron a mi hermana y a mí a construir una casa desde cero, no había electricidad, ni agua, ni gas, ni nada», recuerda. «Para lavarnos, tenía que bombear agua y luego calentarla en una pequeña estufa de gas. Los fines de semana nos dedicábamos a cavar pozos y a construir obras. Recuerdo que en un momento dado mi padre quería recuperar todos los ladrillos de un viejo granero, así que nos sentamos allí y quitamos los pedazos de cemento», recordaba Amy.
Amy Powney también se ha convertido en un altavoz más de esa generación que aboga por repensar los hábitos de consumo en el mundo de la moda. Buena prueba de ello es su última campaña, #FashionOurFuture, lanzada a finales de febrero y a la que se han unido nombres como los de Alexa Chung, Jameela Jamil y Arizona Muse.
«Ahora me pareció el momento adecuado para lanzar la campaña, ya que nos queda tiempo limitado para revertir el cambio climático, y la industria de la moda y textil es uno de los mayores contribuyentes al problema», dijo Powney. Con esta campaña, Powney anima a la gente que haga una pequeña promesa: desde renunciar a comprar jeans durante un año a comprar ropa vintage o dejar de invertir en ciertas telas dañinas. Ninguna de las promesas sugeridas altera la vida: son pequeños pasos que cualquier individuo podría adaptar fácilmente a sus vidas.
Hacer pequeños cambios poco a poco está detrás de esta campaña. Algo que Powney lleva haciendo con su firma desde hace años y que le ha colocado en un puesto privilegiado en el mundo de la moda británica, con una legión de seguidoras fieles a cada una de sus propuestas.
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