De todos los seísmos que la pandemia ha provocado en la industria de la moda, uno de ellos fue el anuncio de que Valentino presentaría su colección de Primavera-Verano 2021 en Milán. Una vuelta a los orígenes con la que se quiere mostrar el apoyo a una de las ciudades más castigadas por la crisis del Covid-19. La colección para el año que viene supone también una vuelta a los elementos icónicos de la firma para adaptarlos a los nuevos tiempo y darles un nuevo significado.
El lugar escogido para celebrar el desfile supone ya una declaración de intenciones: una fábrica que la firma ha llenado de delicadas flores. El utilitarismo y el romanticismo cogidos de la mano, algo en lo que Valentino es experto desde hace varios años. Con esta nueva colección Pierpaolo Piccioli ha querido jugar con los extremos, combinándolos entre sí para huir de los roles y los límites. Los vestidos, las faldas y los shorts mini conviven con vestidos largos y vaporosos y formas oversize; las lentejuelas se acompañan de pantalones estilo chinos, y las camisas de formas masculinas se confeccionan con delicados tejidos como la gasa o el encaje; los colores pasan del negro, el blanco y el beige a vibrantes tonos como el naranja, el amarillo o el rosa fucsia.
Un nuevo e irresistible uniforme de diario se impone entre las filas de Valentino, el que combina las blusas de corte romántico con los vaqueros, llamados a convertirse en el objeto de deseo de la próxima primavera. Se trata de una colaboración con Levi’s en la que Valentino hace suyo el mítico modelo 517 boot-cut jean, cuya principal característica es que es más ancho de rodilla para abajo. Un modelo que sin duda conquistará a Naty Abascal, gran seguidora de la firma.
Con la incorporación de esta prenda de marcado carácter utilitario en el desfile de Valentino, Pierpaolo Piccioli pretende remarcar la simplicidad y la búsqueda de nuevos significados de la belleza que sigue la firma.
Otro de los elementos más buscados será la nueva interpretación de los icónicos zapatos Rockstud. Las novedades para la próxima primavera es que desaparecen los tacones y que las tachuelas se vuelven XL.
Tampoco faltan los estampados de flores, de grandes dimensiones y a todo color, ocupan desde camisas oversize, hasta delicados vestidos largos de todo tipo.
La noche sigue siendo territorio de vestidos fluidos y vaporosos de un solo color o con lentejuelas y formas minimalistas.
Valentino redefine así muchos de sus códigos pero sin perder de vista la esencia de la firma. La primera colección después del seísmo de la pandemia marca el nuevo camino de la casa italiana.
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