Es indudable que Pierpaolo Piccioli no ha hecho más que contribuir a continuar engrandeciendo el nombre de Valentino, la firma de Alta Costura que fue fundada en Roma en 1959 por Valentino Garavani. El actual director creativo italiano lleva varias temporadas dejando al mundo sin respiración, pero a la vez dando mucho de qué hablar con sus colecciones. Cada una más espectacular que la anterior. Con la llegada de la pandemia, Piccioli supo reinventarse, y hoy continúa haciéndolo. Y todo sin dejar de lado el lado filantrópico -el grupo Mayhoola donó, entre otras causas, un millón de euros al hospital IFEMA de Madrid -, ni las sorpresas en sus colecciones – una de las más aplaudidas fue la que incluía 15 novias con los vestidos cuyas faldas más largas hemos visto jamás, el pasado mes de julio -.
Piccioli sigue apostando por lo digital, ofreciendo a sus clientes una experiencia única mediante la que recorrer las colecciones de la firma en una fastuosa casa mediterránea. Que se sigue reinventando no es ningún secreto; que está definiendo el futuro de la firma, tampoco. La firma se ha embarcado en un proyecto autodenominado como de ‘resignificación’. Valentino: Re-Signify Part One Shanghái es una nueva experiencia, esta vez física, que la firma ofrece en la Power Station of Arts en Shanghái, desde el pasado 19 de diciembre, hasta el próximo 17 de enero de 2021.
La firma insiste en que esta novedad no se trata de una exposición, ni de una presentación de moda: “se trata de una experiencia, un camino interactivo, concebido con la intención de desencadenar dudas y curiosidad, sin el propósito de proporcionar ninguna respuesta”. Debe ser un recorrido por el que cada espectador saque sus propias conclusiones, mientras explora temas icónicos de la casa italiana.
Entre ellos, destaca la presencia y evolución de las icónicas ‘Stud’ o tachuelas que decoran colecciones completas de accesorios e incluso prendas de ropa desde sus inicios. El carácter artesano de la firma también encuentra un hueco en este camino interactivo en el que, por supuesto, la firma le otorga al denominado ‘Couture’ la importancia que se merece y permite que quien visite el espacio entienda el lenguaje de la Alta Costura. Un lenguaje accesible para todos, nacido de la más experta y cuidada artesanía, que se basa en una forma de ser, de imaginar y de soñar, según cuenta el propio Piccioli.
Esta resignificación explora el interior de maison Valentino desde su archivo, revisitando la memoria de la firma, sus símbolos y sus códigos, recontextualizándolos en el mundo contemporáneo. “La oportunidad de traducir los signos internos al exterior”. El pasado y el presente de la firma se unen con las artes contemporáneas como el cine, la fotografía o las artes gráficas, creando una serie de áreas en las que todos coexisten. Que sea tan solo la parte uno de la muestra, nos deja con unas ganas inmensas de descubrir cuándo y en qué partes del mundo serán las siguientes. Parece que 2021 nos deparará gratas sorpresas.
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