Apreciado sobre los muebles de los anticuarios, en los bolsos de inspiración vintage, en las correas de piel de los relojes e incluso en las tapas de algunos libros antiguos, el marrón presenta división de opiniones a la hora de incorporarlo al armario. Sí, es verdad que la mayoría hemos tenido un idilio que empezó tímidamente y que pasa por uno de sus mejores momentos con el beige (gracias, Max Mara), pero muchas no han querido traspasar esa línea imaginaria que sitúa al camel a un lado y al resto de las declinaciones del castaño al otro.
Ya lo dijera Coco Chanel –avezada en el confort chic que definirá la nueva era–, “El azul marino es el negro del verano”. Y cuánta razón. Donde en el negro hay obviedad, en el azul marino hay sutileza y cuando el primero es previsible, el segundo juega con el factor sorpresa. Es por eso que el marino hace tiempo que dejó atrás su inmerecida fama de tono aburrido para colarse en los vestidores estivales, pero también en aquellos estilismos que busca combinaciones cromáticas de un menor dramatismo. Ya plenamente aceptado (y apreciado), la industria nos pone frente a otro desafío. ¿Qué ya elegías un vestido slip índigo oscuro en lugar de negro? ¿Qué preferías un jersey de cashmere marino? ¿Qué habías asumido conscientemente de que el azul marino era el negro del verano? Llega el marrón chocolate para ponerlo todo patas arriba.
© Cortesía de Zara
Falda tubo drapeada, de Zara. COMPRAR
No es la primera vez que la gama de los colores tierra trata de incorporarse al abanico de tendencias de hecho, cada primavera lo logra de la mano del vestido de lunares que Julia Roberts llevaba en Pretty Woman. Pero ir más allá resultaba complicado hasta ahora que, por fin, parece haber dejado atrás su fama de aburrido para erigirse como sobrio, de anodino para convertirse en elegante… El marrón es, como los vestidos de Margaret Qualley, el lujo silencioso y discreto. Nos gusta en su versión monocromática, como el nuevo traje con americana de silueta boxy de Zara, pero también nos apetece combinado con otros tonos de la misma gama y, en este caso, es el camel el que siempre funciona.
© Cortesía de Zara
Pantalón flare de encaje, de Zara. COMPRAR
Pero reflexionemos, ¿hace cuánto tiempo que no nos compramos una prenda marrón? Probablemente tendríamos que trasladarnos a finales de los 90 o principios de los dos mil para recordar aquella cazadora que nos pusimos hasta que se rompió o aquel abrigo que perdimos una noche que se prolongó hasta bien entrada la mañana. O puede que hace un par de años, amparadas por las propuestas de Jacquemus, nos arriesgásemos con alguna pincelada, pero nunca hasta ahora nos habíamos atrevido a asegurar que, esta vez sí, el marrón chocolate es el nuevo azul marino después de que este ejerciese como digno sustituto del negro.
© Cortesía de Zara
Pantalón de pinzas, de Zara.COMPRAR
Y aunque hasta ahora los vestidos lenceros, los drapeados y los tops de tirantes spaguetti parecían ser la apuesta ganadora, el catálogo de firmas como Zara se amplía e incorpora cuerpos y pantalones flare de punto y trajes sastre reinterpretados.
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