En psicología suele decirse que se necesitan al menos 21 días para fijar un nuevo comportamiento e incorporarlo a nuestra rutina. Nosotros hemos necesitado dos meses para darnos cuenta de que este verano no será como todos los veranos y que tampoco lo será la forma en que solíamos vestirnos. En el momento en que los leggings de flores de Oysho se agotan y los pantalones ankle tie son capaces de desbancar al omnipresente pantalón vaquero, no cabe ninguna duda de que algo está cambiando en las costumbres estilísticas de las mujeres de medio mundo. El teletrabajo ha propiciado que algunas –muchas– nos hayamos hecho con los vestidos túnica más cómodos que hemos podido encontrar y que el chándal sea la primera prenda en la que pensemos en salir de la ducha cada mañana. Porque, desengañémonos, trabajar en vaqueros no es cómodo.
Con el comienzo de los paseos y las salidas para practicar deporte, la ropa de estar en casa pasó a ser solamente “ropa”, sin epítetos, y la camisa de pijama “la camisa”, a secas. Así que, a las puertas de la estación cálida y a falta de pocas semanas para que el termómetro se dispare, la primavera de 2020 será recordada como aquella en la que abrazamos el confort chic y aparcamos, al menos momentáneamente, los zapatos de tacón y los pantalones vaqueros.
© Cortesía de Brownie
Vestido largo de cuadros, de Brownie. COMPRAR
Todo apunta a que, durante los próximos meses de verano, muchos seguiremos pasando largas horas a cubierto y todavía está en el aire si podremos vestirnos (o no) para acudir a alguna boda o evento más formal por eso, los tejidos ligeros, las líneas holgadas y las sandalias planas continuarán ocupando lugares privilegiados en las ecommerce de firmas como Zara, Mango o Massimo Dutti, entre otras. En este sentido, Brownie apuesta por siluetas a medio camino entre un baby como los que llevábamos al colegio y los vestidos pradera y reinventa los Summer dresses con propuestas como esta.
© Cortesía de Brownie
Vestido largo de cuadros, de Brownie. COMPRAR
En este entorno, la firma catalana refuerza su colección de verano a través de vestidos elegantes para salir a pasear pero que bien podrían ser el camisón definitivo del verano de 2020. La tendencia homewear que llevaba años gestándose parece que, por fin, encuentra su lugar definitivo esta temporada. Si en 2015 salir en pijama a la calle era un verdadero acto de osadía, cinco años más tarde se convierte en una verdadera declaración de intenciones al renunciar, definitivamente, a gomas y opresiones. Y es que, si algo bueno ha traído esta primavera es que, por fin, la industria de la moda aboga por la comodidad y reivindica que, hoy más que nunca, la ropa de estar en casa ha pasado a ser solamente “ropa”.
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