Apodemia se ha convertido en una de las firmas españolas de joyería contemporánea más destacadas del panorama. Su fundadora, Jimena Von Knobloch, nunca pensó que terminaría emprendiendo en este campo cuando cursaba sus estudios de Publicidad y Relaciones Públicas. Pero la casualidad quiso que diseñara un tocado para un evento benéfico y el éxito que consiguió sumado a su gusto por las piedras preciosas y su talento hicieron el resto. Hablamos con ella del origen de Apodemia, su labor creativa y su faceta como empresaria.
¿En qué momento de tu vida estabas cuando te planteaste embarcarte en Apodemia?
Estaba estudiando la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Europea de Madrid y hacía prácticas en el despacho de Ana Palacios, la exministra, y fue algo que surgió sin darme cuenta. Mi padre tenía su estudio de esculturas y me enseñó a hacer cera perdida, ahí empezó Apodemia.
El diseño de un tocado también tuvo mucho que ver en esos comienzos…
Sí, mi madre es decoradora de interiores y tiene una tienda, y siempre me daba retales de tela. En casa somos muy creativos y me invitaron a participar en una iniciativa de la Fundación Esperanza y Alegría de María Moreno. Pensé en hacer un tocado con forma de mariposa que era como un clip de pelo. Fui al evento benéfico y me dieron una silla en lugar de una mesa como al resto de participantes, por eso siempre digo que empecé con un tocado y una silla. Los tocados se vendieron en una hora y todo el mundo empezó a animarme, ‘Jimena, deberías hacer algo’. Así que todo empezó sin darme cuenta.
¿Por qué elegiste Apodemia como nombre para tu firma?
Apodemia es una mariposa que viaja de Brasil a Canadá, son mariposas migratorias, los viajes son larguísimos y aunque viven poco tiempo, gracias a la genética, la siguiente generación prosigue con el viaje. Nos encantó esa historia porque habla de una mariposa luchadora, que a día de hoy es lo que son las empresas de emprendimiento, y la mariposa es un animal muy femenino como la marca.
En Apodemia trabajas codo a codo con tu marido, Jaime Landeta, ¿cómo os definiríais como equipo profesional? ¿Qué le aportas a él y qué te aporta a ti?
Como pareja nos complementamos bien. Él es el punto racional y numérico, mi ‘Pepito grillo’ a la hora del gasto, yo soy más creativa, al final somos el yin y el yang dentro del negocio.
¿Por qué viste claro que la idea de Apodemia podía tener éxito?
Jaime hizo un estudio de mercado y vio que el mundo de las marcas de joyas estaba muy atomizado y tenía gran crecimiento. Yo quería crear una marca inspirada en la naturaleza y que fuera diferente. Desde el principio supe que queríamos alejarnos de la joyería convencional, que es más frío, y crear algo cercano, que se notase un diseño más orgánico, no tan perfecto. Recuerdo una entrevista de Ferran Adriá que decía que él nunca había estudiado en una escuela de cocina, y esa idea es lo que ha hecho que Apodemia sea lo que es ahora, porque yo tampoco he estudiado nunca joyería. Quizás es lo que me ha hecho cuestionarme cómo es el universo de la joyería y de qué manera quería cambiarlo y hacerlo diferente.
¿Siempre tuviste predilección por las joyas y el diseño?
Siempre me han encantado las piedras preciosas, mi plan favorito era ir a casa de mi tía, que tenía un armario entero lleno de joyas, y pasarnos los sábados probándonos las joyas. Desde pequeña el brillo me perdía, siempre le digo a mi marido que me regale para mi cumpleaños ir a una mina a buscar oro. Y también me encantaba el mundo de la naturaleza, por eso siempre he intentado combinar los dos.
¿La naturaleza es tu principal fuente de inspiración? ¿Qué otros campos o experiencias te inspiran?
Yo creo que de la naturaleza surge todo. Somos animales, hemos evolucionado, pero es la naturaleza la que nos hace sentir nuestros instintos primitivos, y nos traslada a experiencias y vivencias, es la base de todo, un olor en verano, la felicidad de pasear en el campo…
¿Cuál es la parte de tu trabajo que más disfrutas?
Mi parte favorita es crear, lo malo de emprender es que siempre estás haciendo muchas otras cosas. Crear no solo a la hora de diseñar las prendas, sino la decoración de la tienda, la comunicación, incluso el packaging… el 360 de la imagen me encanta.
También te has aventurado en el mundo del menaje, ¿era un paso natural dentro de la evolución de Apodemia?
Realmente Apodemia nace con esa vocación, quería que fuera una joyería y algo más. Por eso siempre digo que es un universo de diseño y ahora hemos entrado en el mundo del menaje, también en otros campos como los aromas, velas, mikados… Apodemia es un estilo de vida y trabajamos para un cliente que busca eso, ahora ha sido el menaje pero puede tocar cualquier otro campo. Estamos trabajando en proyectos para 2021 que se van a desarrollar en otros campos.
Después de casi ocho años de andadura, ¿qué balance haces del recorrido de Apodemia?
Supera todas mis expectactivas porque no pensé que llegaríamos a este punto, hemos madurado mucho como empresa y hemos aprendido de todos los errores y las piedras que hemos encontrado en el camino. Es indescriptible la felicidad que sientes al tener un equipo que te apoya, no se puede llegar tan lejos solo.
Como emprendedora, ¿cuál ha sido la parte más complicada de sacar adelante el proyecto?
Lo que más me ha preocupado es la gestión de equipos dentro de la empresa. Muchas veces los recursos humanos son el talón de Aquiles porque es difícil gestionar equipos. Al final todo el mundo tiene sus motivaciones dentro de la empresa, una empresa grande tiene más recursos, cuando eres más pequeño tienes que exprimirte el cerebro para llegar más lejos.
¿Qué cualidad personal consideras indispensable en el mundo del emprendimiento?
Diría que la resiliencia, puede sonar a tópico pero en el mundo del emprendedor es como la piedra filosofal, tienes que aprender a levantarte rapidito y aprender de tus errores. Los vas a encontrar pero te van a enseñar a ser mejor.
¿Hay algún consejo que has recibido a lo largo de estos años y siempre tienes presente?
Hay que tener siempre el foco y entender que somos una marca que vende a personas y nuestro cliente es nuestro jefe, es para quien trabajas. No trabajas para ti mismo.
¿Consideras que emprender es más difícil por ser mujer o no has tenido esa sensación en ningún momento?
Yo creo que depende de qué negocio estés emprendiendo, en mi caso he podido tener más dificultad creando vínculos con los proveedores o a la hora de negociar con proveedores de otros países, porque son mundos más masculinos, aquí no he tenido problemas.
Has tenido un bebé hace poco, ¿cómo estás llevando el reto de conciliar?
Conciliar es complicado y me he sentido frustrada. Es complicado llegar a todo, cuando emprendes tu negocio se convierte en tu bebé y todo gira en torno a él. Y de repente llega un bebé de verdad que ocupa el 90% de tu tiempo, sobre todo al principio. Así que es verdad que tienes que desconectar un chip y conectar otro, por lo menos en mi caso, porque las dos cosas a la vez a veces es imposible. Personalmente soy muy perfeccionista y responsable y creo que hay relajarse un poco, tomar las cosas como lo que son y aflojar. No pasa nada, darte tu tiempo, entender que no vas a llegar a todo siempre y de la mejor manera, pero tus tiempos ya no son los tuyos sino los del bebé y te tienes que organizar de otra manera. Y una vez que he entendido eso, estoy más feliz.
¿En la empresa tenéis algún proyecto de conciliación?
La conciliación va más allá de los hijos. Hace tiempo dijimos a la gente que si querían podían traer mascotas a la oficina, yo me traigo a mi perro porque encuentro que los trabajadores están más contentos y ese fue nuestro primer pasito. Es verdad que ahora con el Covid hemos introducido el teletrabajo. Se puede teletrabajar hasta dos días en casa cada semana. En la oficina solo hay una madre trabajadora y le hemos hecho una jornada intensiva, se lo hemos propuesto para que pueda estar más tiempo por la tarde con el bebé. Si el día de mañana tenemos un espacio más grande a mí me encantaría poder incluir una zona de guardería donde las madres puedan traer a los bebés y estén relajadas.
¿Hay alguna joya fetiche de Apodemia que guardas con especial cariño?
Mi pieza preferida son los pendientes Karner. Suelo ir con pendientes pequeños, pero estos pendientes grandes de mariposa cuando estoy de bajón, quiero sentirme guapa o tengo un evento, me los pongo y te levantan el día.
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