El vestido ajustado que enamoró a Brad Pitt en el cine y a nosotras en Zara

No es la mezcla entre la animación y la realidad lo que falla en la película, no. La bruja novata, Mary Poppins o Quién engañó a Roger Rabbit habían logrado construir con éxito un doble universo sólido, hilarante y coherente aunque la tarea se antoje imposible a priori. En Cool World (Una rubia entre dos mundos, en español), en cambio, la productora modificó tanto la idea inicial de Ralph Bakshi que poco o nada quedó de la cinta de terror que pretendía llevar a cabo, más bien se quedó en una burda caricatura de la ardiente Caperucita de Tex Avery. Esto explica la mala recepción de la crítica y la baja calificación de la audienca de la que apenas se salvan Brad Pitt en su tercera aparición en el cine y Kim Basinger en la piel y los movimientos de Holli Would. Hasta su vestuario parece claramente inspirado en Nueve semanas y media. Corto, blanco, hiperajustado, tan icónico como el vestido rojo de Jessica Rabbit solo que menos incendiario, ese vestido con el que la voluptuosa doodle seducía al escritor (Gabriel Byrne), al detective (Pitt) y al público en general responde a la misma descripción del modelo que ahora mismo rompe corazones en Zara.

© Cortesía de Zara

¿Recuerdas aquella camiseta blanca, elegante y altamente favorecedora que era en realidad un body? Zara ha convertido aquella obra de ingeniería en un vestido.Moldea, esculpe, da soporte y estructura desde un tejido grueso y elástico que deja un espacio holgado entre el pecho y el abdomen. Esta caída se ajusta en las caderas para evitar que el vestido se desplace más de lo debido. Aunque denso, el tejido resulta fresquito y ligero. El escote abierto acabado en un sutil pico, discurre en paralelo a la clavícula paraadaptarse al cuerpo y a las tendencias. El escote en la espalda ni siquiera requiere de un sujetador especial.

© Cortesía de Zara

El vestido con el que aquella rubia transitaba entre dos mundos, superaba la realidad y la ficción, es el mismo que marcará la transición entre los vestidos blancos, bohemios y vaporosos del verano y los vestidos más formales con los que pronto tocará volver a las oficinas.

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