Eucalipto. Buganvillas. Mediterráneo.
Los ingredientes del conjuro se han ido añadiendo a fuego lento y el resultado es una colección que no ha tenido que trasladarse a Capri para que su mensaje sencillo y liviano, como los tejidos de sus prendas, haya sido entendido. Chanel dice en su Balada Mediterránea que este verano vestiremos como siempre hemos querido y siempre hacemos, con pantalones amplios, conjuntos de top y pantalón de tweed, vestidos exquisitos y sandalias con suela de esparto que bien caben en la maleta más pequeña o en el espacio más recóndito de cualquier armario. Vestir en verano es así de sencillo y así de fabuloso. Sin apenas esfuerzo. Y en la colección Crucero 2020/21 de la maison no solo basta con captar esa esencia e incluso añadir los ingredientes, hay que repetir el conjuro varias veces para recordar de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Eucalipto. Buganvillas. Mediterráneo
© Cortesía de Chanel.
Venimos de París y vamos hacia Capri. Venimos de Coco y Karl, y vamos hacia Virgine. Normal que la colección haya sido concebida para viajar ligero, con independencia del destino, porque a veces uno llega al aeropuerto y tiene que regresar a casa, y quedarse allí durante más tiempo del esperado.
Venimos del 2.55 y vamos hacia el bolso de mimbre. Venimos del conjunto de tweed y vamos hacia el vestido mediterráneo de margaritas. La colección Crucero 2020/21 de Chanel se parece más a un viaje astral que a un vuelo transatlántico. No nos hemos movido del sitio y sin embargo hemos recorrido toda la costa del Maditerráneo a través de 51 looks y 3 deseos en forma de nuestras piezas favoritas:
El bolso de mimbre
© Cortesía de Chanel.
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El que podría ser el nuevo bolso clásico de la maison mezcla detalles característicos de los accesorios de la firma, como las asas trenzadas, con el material estival por excelencia, el mimbre. Y el resultado es un modelo que podría convertirse en icónico sin pretenderlo o cuya de lista de espera pueda ser comparable a la que atesoran las famosas bailarinas bicolor.
El vestido Mediterráneo
© Cortesía de Chanel.
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Blanco, midi y recto; con escote palabra de honor y una sobrecamisa semitransparente. Así es el vestido que Chanel propone y nosotras aceptamos como máximo exponente del estilo veraniego bien entendido. Si hubiera una nueva versión de El Talento de Mr. Ripley, Gwyneth Paltrow llevaría sin duda este vestido.
Las bailarinas bicolor
© Cortesía de Chanel.
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Que en este caso son más merceditas que bailarinas gracias a su cierre con una tira y una nueva versión del mencionado modelo superventas: adiós, beis y negro; hola, blanco y negro. Su tejido también parece más flexible y por lo tanto más pertinente para esas calurosas tardes de verano en las que se camina con tanta desgana como elegancia para tomar un vermut en tu terraza favorita.
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