La nieve refleja un 80 por ciento de los rayos ultravioleta (el agua del mar sólo un 25%), por lo que si vas a exponerte al sol en esas condiciones tendrás que tomar una serie de medidas.
• Protege, protege, protege… Cada 1.000 metros de altitud los niveles de radiación ultravioleta aumentan un 10%. A mayor altura, el sol es más fuerte, pero la sensación de estar quemándote es menor. No te dejes llevar por eso y nunca vayas a la nieve sin la debida protección en rostro, manos, orejas y la zona del contorno del ojo.
• Hidrata y repara. El viento reseca la piel, así que nunca vayas a las pistas sin la debida hidratación. El ritual sería: sérum, crema hidratante de rostro, contorno de ojos y protector solar.
• Equípate bien. Las manos con guantes, la zona del contorno de ojos con gafas y el cuerpo con una buena ropa de abrigo que te aísle de la humedad.
• Repara. Lo ideal sería usar after sun al volver a casa, sí, no es sólo para el verano. Este tipo de productos llevan compuestos que trabajan en la reparación de la piel y las células.
Masajea
Los músculos de las piernas sufren con la práctica del esquí. Y también cuando haces otros deportes de invierno como la escalada, el esquí de fondo o las caminatas. Descárgalos con un buen masaje con árnica, que elimina la tensión, la sobrecarga y previene las agujetas.
Aceite de masaje con árnica, de Weleda, 15,90 €/ 100ml.
Cuida los pies
No hay sensación más liberadora tras una jornada de esquí que quitarse las botas. Parece que por dentro te duelen todos los huesos del pie y por fuera, la piel también necesita reparación.
Mascarilla hidratante para pies, de Júlia, 9,89 €. Crema de pies reparadora con urea, de Babé, 9,40 €.
Usa ropa adecuada
No son cosméticos, pero una buena equipación de esquí colaborará en la belleza de tu piel y de tu cuerpo. Las manos sufren con los cambios de calor y frío, hidrátalas mucho y protégelas con guantes. Los ojos también sufren por los reflejos del sol en la nieve. Durante el esquí, usa gafas de ventisca y con filtro cuando no estés esquiando. Finalmente, una buena chaqueta térmica te librará del frío y del sudor.
Guantes de esquí, de Amazon, 15,99 €. Gafas Cassidy, de Chloé, 300 €. Chaqueta de esquí, de Colmar, c.p.v.
Atención a las zonas sensibles
Seguramente te protejas la cara, pero quizá descuides otras zonas que suelen quemarse tras un largo día en la alta montaña como los labios, el contorno del ojo, o las orejas. Lleva contigo algún stick o un protector solar en formato compacto para ir reponiendo producto. Tampoco olvides el bálsamo de labios.
Protector solar para manos, de Ducray, 16,30 €. Maquillaje compacto SPF50, de Ladival, 25 €. Stick & Brush SPF 50, de Isdin, 19,88 €. Bálsamo Reparación Inmediata Nariz y Labios, de Neutrogena, 7,15 €.
Protégete al aire libre
El mejor antiaging, como reconocen los expertos, es un buen protector solar. Y en la nieve más, porque no tendrás la sensación de que te estás quemando y, sin embargo, las consecuencias de una sobre exposición sin protección pueden ser igual de malas que en la playa. Y, atención, ten mucho cuidado cuando esquíes en días nublados, te quemarás con mayor facilidad.
Repara la piel
Cada noche, antes de acostarte, debes limpiar la piel del rostro en profundidad y aportarle su crema de tratamiento. Agradecerás las texturas en aceite y los tratamientos con principios activos como el ácido hialurónico. Además, tras un baño o ducha deberás hidratar el cuerpo.
Aceite potenciador de belleza, de Flor de Mayo, 6,95 €. Ampollas y crema de ácido hialurónico, de Babaria, 4,25 € y 4,50 €, resp. Crema hidratante sólida en pastillas, de Neusc, 4,94 €. Limpiador en jabón Le Savon de Soin, de Chanel, 95 €.
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