Calzados Victoria o cómo adaptarse a los nuevos tiempos

Da igual en qué década hayas nacido. Si lo has hecho en nuestro país, probablemente hayas llevado alguna vez las icónicas zapatillas Victoria, bien sea en la más tierna infancia o en la adolescencia más cándida. Estas zapatillas con olor a fresa (más adelante te explicaremos el porqué de este característico olor) no solo han sabido adaptarse a las tendencias de cada época, sino que han hecho de la sostenibilidad su principal filosofía.

Hace unos días tuvimos la oportunidad de descubrir de primera mano sus instalaciones, el proceso de fabricación de las clásicas inglesas y toda la historia que acompaña a la marca. Desde el comienzo nos advierten que lo de Victoria es una historia de amor. Las primeras Victoria surgieron en 1915 cuando Gregorio, su fundador, quiso idear unas zapatillas y decidió ponerles el nombre propio de su primer romance. Desde entonces han pasado por los pies de todas las generaciones, convirtiéndose en un icono del calzado español. Ahora la historia de amor sigue, esta vez, con el planeta.

Una empresa sostenible y con conciencia eco

Desde que comenzara su estrategia de internacionalización, Victoria ha conseguido exportar más del 75% de su producción a 54 países. Este rápido crecimiento provocó cambios a nivel estructural en la empresa haciendo que su plantilla se duplicase en los últimos cinco años. Como consecuencia, se vio obligada a trasladarse a unas instalaciones más grandes. Aprovechando esta mudanza, han creado una infraestructura sostenible y totalmente innovadora. Las oficinas se han construido bajo el estándar Passivhaus, un sistema de construcción en el que los materiales de aislamiento son esenciales para reducir el consumo energético y aportar las perfectas condiciones a cada zona.

Gracias a la instalación de más de 100 paneles fotovoltaicos, la compañía consigue tener un edificio de balance positivo, es decir, produce más energía de la que consume, consiguiendo de este modo reducir el impacto medioambiental y su huella de carbono. Con ello ha batido récords, convirtiéndose en la primera empresa de calzado en España y la primera empresa privada en La Rioja en tener su sede diseñada y construida bajo el estándar Passivhaus.

En el interior los materiales empleados son generalmente de origen natural, y de baja energía incorporada, como maderas o linóleos que casan además armónicamente con los tonos del interior que se entremezclan entre beiges e impolutos blancos. Se ha querido apostar por la calidad ambiental y también acústica colocando paneles situados en el techo que permiten una absorción acústica para crear un clima de trabajo óptimo en las oficinas. Además, los espacios están conectados con un sistema de gestión centralizada y una estación meteorológica que regula el nivel de CO2, la iluminación, la humedad relativa y la temperatura de cada sala.

Entre otras cosas, este nuevo edificio inteligente es capaz de: Regular la iluminación en función de la presencia de personas y de la iluminación natural, refrigerar el interior de las oficinas mediante el sistema Free Cooling subir, bajar y graduar las persianas en función de la incidencia del sol, del nivel de lluvia o la velocidad del viento y ventilar de manera eficiente la edificación recuperando más del 90% del calor.

Un recorrido por la historia de la centenaria firma

Las nuevas instalaciones no tienen solo únicamente hueco para la sostenibilidad, ni unos espacios espectaculares para los trabajadores (en serio, cuando ves las salas de descanso y la cocina te apetece quedarte a vivir ahí). También hay espacio para el pasado. Cuentan con un pequeño museo en el que pueden verse desde algunas de las primeras ediciones de las zapatillas Victoria hasta las versiones más evolucionadas, realizadas muchas de ellas en colaboración con conocidas marcas como Swarovski o artistas Javiera Mena. De la que se avecina este año no nos quieren decir mucho aún, pero lo poco que hemos visto promete que se avecina algo muy grande…

Algodón orgánico desde 1950

En Victoria la fiebre por lo eco no les viene de ahora, ni se han sumado como parte de una estrategia de marketing. La empresa riojana lleva creando zapatillas con algodón orgánico desde la década de los años 50. Además, las suelas se hacen con neumáticos reciclados. Por cada rueda sacan algo más de tres pares de calzado. De esta medida eco surgió el característico olor a fresa de la suela, que en primer momento se añadió para poder tapar así el olor a caucho. Curiosamente, han hecho de ello uno de los rasgos más identificables de la firma. Nos cuentan que muchos clientes las reconocen fácilmente por esto, que a otros les transporta a su infancia y que este olor es también una de las mejores maneras de distinguir las auténticas de las falsificaciones.

¿Cómo se fabrican y distribuyen las zapatillas Victoria?

Al entrar en la fábrica lo primero que llama la atención es el gran proceso artesanal que siguen. Por supuesto todo esta mecanizado, pero el savoir faire de las trabajadoras (son mujeres en su mayoría) desempeña un papel fundamental aquí dentro. En lo que nos explican el proceso a través del cual se forman las suelas, una mujer sitúa con rapidez varios pares a lo largo de una fila, que retirará al cabo de unos diez minutos (lo que tarda la goma en fundirse y lograr el punto exacto). Calcula el tiempo a ojo, ya que no es una ciencia exacta y unos segundos de diferencia podrían hacer que la suela se amarillee.

Más del 70% de sus productos salen desde Arnedo (La Rioja) y se distribuyen desde un epatante almacén de 7.500m² que cuenta con última tecnología y la ayuda de 34 robots que gestionan de forma automática la preparación de pedidos. La capacidad máxima del mismo es de un millón de pares de zapatos.

Una estética que también se ha adaptado a los nuevos tiempos

La sostenibilidad no es lo único a la orden del día. El mundo reclama cada vez una moda más consciente, pero sin perder ni un ápice de diseño.Además de las clásicas inglesas (las de toda la vida) y las posteriores tenis y Barcelona (creadas en 1992 con plataforma), Victoria cuenta cada vez con más modelos que se adaptan a esta nueva era. Desde sneakers estilo ugly shoes hasta otras de triple plataforma con estampados de animal print y colores flúor, que se alzan como propuestas en el que será el verano del próximo año.



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