Un año después de la fecha inicialmente prevista y con grandes medidas de seguridad para hacer frente a la Covid-19, Tokio ha dado el pistoletazo de salida a los Juegos Olímpicos 2020, la cita deportiva más importante. La ceremonia de apertura, repleta de colores y luces, ha estado marcada por el tradicional desfile de las delegaciones que se darán cita durante las próximas semanas -también representados por un menor número de personas debido a la situación sanitaria-; aunque finalmente ha sido la actuación de la cantante local Misia, la que ha logrado traspasar la pantalla.
La popular artista, uno de los nombres más afamados del país nipón, ha interpretado el himno nacional enfundada en un espectacular diseño de Tomo Koizumi. Se trata de un vestido de ensueño con el tul como protagonista con atractivos colores que emulan el arcoíris, cuerpo ajustado a la cintura y volumen como detalle en las mangas y en la falda que ha conseguido elevar al creador japonés a lo más alto del ranking de lado a lado del globo terráqueo.
Una fusión entre vanguardismo y tradición japonesa, así podríamos definir esta creación de Tomo, y posiblemente cada una de las propuestas que le han llevado hasta aquí -una combinación de factores que ha sido la culpable de un ascenso tan rápido-. Esta cita es posiblemente uno de los escenarios más importantes para cualquier atleta, en el caso del creador, también su mejor trampolín.
Su nombre lleva varios años en el centro de atención, aunque sería en su debut en Nueva York en 2019 el que marcaría un antes y un después en su carrera al revolucionar una industria a través de diseños conceptuales y contemporáneos. Lady Gaga fue una de las primeras en arriesgar con uno de los originales diseños allá por 2016, pero luego le han seguido nombres como Katy Perry, o la actriz Kiko Mizuhara.
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