El director creativo de Valentino, Pier Paolo Piccioli, es de los que creen firmemente que la moda y el arte son disciplinas sumamente relacionadas: las considera a ambas "prácticas creativas que responden a diferentes propósitos, uno vinculado al cuerpo y al movimiento, el otro completamente libre de restricciones de formato". El pilar que los une es el taller, "el lugar de hacer, de pensar con las manos, de traducir un deseo, una idea, una sensación en un objeto tangible", opina.
Esta idea del binomio entre arte y moda y la importancia de los talleres vertebra la colección de Alta Costura Otoño/Invierno 2021-2022 de la firma italiana presentada en la ciudad de Venecia en el espacio Gaggiandre, un astillero construido entre 1568 y 1573 donde parecía que la ropa flotaba sobre el agua; efecto al que sin duda contribuían los sombreros de Philip Treacy por su forma y movimiento de medusa y similar al que lució Marta Ortega en la boda de Carlota Casiraghi.
Valentino bajo la visión creativa de Pier Paolo siempre destaca por el color y los volúmenes en sus diseños. Esta vez ha creado una paleta de lo más amplia, con los tonos más intensos y especiales bañando los enormes vestidos de gala, capas, abrigos y demás prendas en un total de 84 looks de hombre y mujer que rompen barreras entre el armario masculino y el femenino.
Solo hace falta ver los primeros looks para comprender por qué la maison pidió a todos los asistentes que vistieran de blanco. El rosa fucsia, violeta, verde lima, marrón chocolate, y, por supuesto el ‘rojo Valentino’ pintaban prendas hechas a mano con todo tipo de tejidos y dos siluetas muy diferenciadas: o bien larga y en capas, o corta y escultural.
Todos los diseños nacen del diálogo con los más de 15 artistas contemporáneos a los que el italiano invitó a su taller. Jamie Nares, Luca Coser, Francis Offman, Andrea Respino y Wu Rui fueron algunos de ellos.
La misión de Pier Paolo era crear una comunidad creativa y dar "tridimensionalidad a lo que está hecho para vivir sobre un soporte bidimensional, animando en movimiento lo que se imagina para ser observado y contemplado como algo inmóvil".
Más de 800 horas de trabajo fueron mostradas en los veinte minutos que duró el desfile celebrado al atardecer con la cantante británica Cosima cantando en directo. Interpretó temas como Calling youde la película Bagdad Café (1987) y What the world need now de Jackie DeShannon, emocionándo a los asistentes, tanto los que se encontraban allí físicamento como los que lo seguían a través de la pantalla del ordenador.
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