La frase ‘crónica de una muerte anunciada’ parece especialmente creada para Victoria’s Secret. En los últimos meses hemos sido testigos del comienzo del fin de la firma de lencería. En mayo de 2019 se confirmó que su tradicional desfile de todos los años no se retransmitiría por televisión. En verano, la modelo Shanina Shaik confirmaba que ese año los ángeles no desplegarían sus alas y en noviembre (mes en el que tradicionalmente tiene lugar el espectáculo) llegó el anuncio oficial: ya no habrá más desfiles. El #MeToo, la defensa de cuerpos irreales y su negativa a incluir a todos los tipos de mujer entre sus profesionales o las terribles perdidas económicas son algunos de los motivos del colapso de esta marca de lencería. Pero ahora se suma un problema más, y uno muy serio.
Algunas modelos de Victoria’s Secret han confesado al New York Times que han sufrido acoso sexual por parte del fundador, Leslie Wexner y del director de marketing, Ed Razek. El reportaje lleva por título ‘Angels in hell’ (Ángeles en el infierno) y cuenta episodios como el que vivió Bella Hadid en el show de 2018. Algunos testigos que se encontraban en el backstage han afirmado que Razek vio a la top ajustarse la ropa interior antes de salir a desfilar y le dijo «olvídate de las bragas» para añadir después que sus pechos eran «perfectos». Pero no solo dijo eso, sino que también intentó besar a varias modelos y llegó a colocar su mano sobre la entrepierna de otro ángel.
La modelo Andi Muise ha afirmado que se quedó sin desfilar en 2008 después de cuatro años haciéndolo tras rechazar en varias ocasiones a Razek que intentó besarla, la invitó a varias citas, a un viaje y le envió numerosos correos electrónicos con insinuaciones de carácter íntimo.
Otro testimonio que pone los pelos de punta es el de Alison Nix, que ha confesado que los directivos pidieron a las tops que posaran desnudas para el fotógrafo Russell James durante un evento solidario que se celebró en la isla privada que Richard Branson tiene en el Caribe. «Nos llevaron en barco y esos hombres ricos flirteaban con nosotras. Todas las modelos nos preguntábamos, ¿estamos aquí como prostitutas de lujo o por un asunto de beneficencia?», afirma la modelo que también vio como su trabajo con la firma terminaba.
Varios trabajadores de la firma también han confesado haber presenciado situaciones de acoso y comentarios misóginos en las pruebas de vestuario y en el backstage de los shows. «Lo más alarmante era lo arraigado que estaba ese comportamiento. Ese maltrato era tomado como una broma y aceptado como normal y quien intentaba hacer algo era ignorado y castigado», afirma Casey Crowe Taylor, antiguo relaciones públicas.
Razek, que a sus 71 años abandonó la marca el pasado mes de agosto, ha negado rotundamente todas las acusaciones y afirma que han sido mal interpretadas y sacadas de contexto. Wexner, que tiene 82 años y estaría intentando vender la firma, no se ha pronunciado todavía.
Vía: ELLE ES
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