¿Película o serie? ¿Elegir comida china o japonesa? ¿Hamburguesa o pizza? A veces tomar decisiones mundanas puede ser muy complicado, pero según un estudio de 2011 si cuando tenemos que tomar una decisión aguantamos las ganas de hacer pis puede que decidamos de forma menos impulsiva.
Los que son fans de Big Bang Theory seguramente recordarán el episodio en el que Sheldon Cooper no podía elegir entre comprar una X Box One o una PS4. En esa escena Sheldon cita un estudio de la investigadora Mirjam A. Tuk, de una universidad holandesa, y efectivamente ese estudio existe. Fue publicado en 2011 por Tuk, Debra Trampe y Luk Warlop en la revista Psychological Science y ese mismo año ganaron el premio Ig Nobel de Medicina, a una investigacióncuriosas que «hacen a la gente reír pero después pensar».
Tuk y sus colegas realizaron varios estudios para poner a prueba su hipótesis de que las señales inhibitorias, como contener la orina, pueden pasar de un campo a otros diferentes y aumentar el control de impulsos.
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En dos de esos estudios hicieron que la mitad de los participantes tomasen unos 700 mililitros de agua mientras que los restantes solo bebieron 50 mililitros. Después tenían que decidir entre obtener una pequeña recompensa el día siguiente o una recompensa mayor más adelante. Les planteaban, por ejemplo, recibir 16 dólares un día después o 30 dólares pasados 35 días.
Quienes bebieron más agua y tenían más prisa por ir al baño fueron más propensos a elegir la recompensa mayor, aunque tuviesen que esperar más tiempo para recibirla.
Esos resultados parecen contradecir los de otros estudios que apuntan que ejercer el autocontrol en un área dificulta la capacidad de controlarse en otra. Tuk y sus colaboradores lo reconocen pero creen que puede deberse, entre otras cosas, a que se han estudiado formas de control menos automáticas que la de contener la orina.
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